La gran transformación de Sa Granja: seis millones de Europa para abrirla a nuevas funciones

La mitad de esa cifra, tres millones, se sufragará por medio de la subvención del Plan PIREP (Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos) dentro de los fondos Next Generation de la Unión Europea, aprobada para este fin en 2023, si bien entonces se hizo con el objeto de desarrollar un planteamiento de obra de una envergadura muy superior, y que el actual equipo de gobierno desestimó hace algunos meses por considerarlo «sobredimensionado» y precisamente ante el riesgo de «poder perder dicha ayuda europea» por una cuestión de plazos.

El proyecto, cuya presentación en sociedad tuvo lugar este viernes entre los muros del propio edificio, lo ha asumido La Mar d’Arquitectes, estudio del arquitecto mahonés Antoni Vidal Jordi, y de su mujer, la arquitecta catalana Lis Figueras. Ignasi Tutzó (arquitecto técnico) y Miguel González Deyá (ingeniero) completan el equipo técnico de una obra que abordará exclusivamente al espacio interior de Sa Granja sin que este «deje de ser lo que es, pero añadiendo más usos».

«Hemos intentado que sea un edificio flexible, que se adapte y encaje en el entorno en que se ubica, el campo», remarcó durante el acto de este viernes en su turno de intervención Antoni Vidal sobre el «Espai de Formació, Recerca i Divulgació del Camp de Menorca (Hub Agrari Sa Granja – International Rural)».

Más austero

Otros aspectos que destacarán de esta rehabilitación es que será «austera» y «luminosa», citó Vidal, que en ese sentido hizo un repaso de las intervenciones que permitirán que el espacio gane «luz y funcionalidad». Habrá un nuevo eje de conexión, volarán ciertas zonas oscuras, falsos techos –para poner en valor la estructura metálica original de la pieza– y varios tabiques, acometiendo toda intervención para «ganar espacio, mejorar accesos y contar con una mejor distribución», añadió Vidal, en alusión a que esta obra buscará optimizar al máximo ciertas partes hasta ahora quizá poco aprovechadas (logrando un espacio para reuniones, conferencias...). También la zona de las aulas será redistribuida (ganarán ventilación cruzada) y la de D.O Menorca advertirá una mejora.

Habrá una «gran cocina» para hacer presentaciones, y el edificio seguirá una estrategia hídrica, aprovechando el agua de lluvia. Se instalarán placas fotovoltaicas, además de que crecerá la puerta principal. Por otra parte, serán retirados los paneles de amianto, por cuestiones de estética y también por tratarse de un «material inadmisible para un edificio sostenible» que persigue la mayor efeciencia ambiental.

Puesto que ese fue otro de los términos que deben definir el hub de ‘Sa Granja’, la «sostenibilidad», de ahí que se pretenda que los acabados, materiales de aislamiento y el diseño del conjunto de las instalaciones permitan obtener una Certificación Energética A, también con el objetivo de incrementar el ahorro energético, y de que se apueste por la reutilización del 70 por ciento de los residuos que se generen en la obra.

«La rehabilitación de este edificio, cuya ubicación pone en valor el paisaje natural en que está situado, se ha pensado en función de las actuales necesidades del sector primario; este es y será su espacio de referencia en la Isla», comentó por su parte la consellera Taltavull.