Una pareja, de espaldas, abandona el Ayuntamiento de Maó tras consumar su boda civil; la ciudad de Llevant acogió 71 enlaces en 2024. | Gemma Andreu

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Ferreries se ha convertido en el último municipio menorquín en sumarse a una tendencia al alza en la Isla en el último decenio: cobrar una tasa por ofrecer la prestación del servicio del matrimonio civil en el Ayuntamiento.

El incremento de uniones de este tipo a lo largo del presente siglo tiene por tanto también su reflejo en el planteamiento de la Administración al respecto, y si en 2010 apenas dos poblaciones de la Isla, Ciutadella y Alaior, cobraban –con matices– por dicho servicio, en la actualidad el panorama se ha invertido de forma radical.

Así, en el presente 2025 son solo dos los consistorios, Es Mercadal y Es Migjorn Gran, que no obligan a ‘pasar por caja’ a los contrayentes. Asimismo, no entraría en sus planes alterar este planteamiento, como sí se ha acordado en Ferreries, desde donde ofrecen la siguiente reflexión. «Ahora hay más bodas civiles que antes, pero también hemos implantado la tasa para equipararnos con la mayoría de pueblos de la Isla, que lo tienen regulado desde hace algún tiempo», revisa el alcalde de Ferreries, Pedro Pons, a modo de explicación para argumentar la determinación del Consistorio, que empezó a celebrar casamientos en 1841, y a cobrar por eso a partir de ahora.

Un trabajo

«Si no, haces gratis lo que no deja de ser un trabajo», sigue Pons, que deja claro que la tarifa «no nos la llevamos directamente ni los concejales ni yo», y detalla que «una vez así lo decidimos», en lo que existió acuerdo entre la mayoría de partidos, «definimos, un poco para favorecer a la gente residente en Ferreries, establecer dos precios, uno sí estás empadronado y otro si no». En ese sentido, la cuota para unirse en matrimonio civil en Ferreries es de 75 euros si uno o los dos contrayentes están empadronados, y de 125 euros los que no.

Al margen, el propio Ayuntamiento ofrece un servicio de vídeo, aprovechando el circuito cerrado del edificio consistorial, con un coste de 50 euros, lo que por ahora no halla émulo en el resto de poblaciones insulares, donde no se solicitan servicios extra al margen de la ceremonia, en tanto que los contrayentes acostumbran a contratar sus propios profesionales a tal efecto. Si bien cabe significar en otro orden que las peticiones por celebrar la boda en agroturismos y fincas rústicas es creciente en tiempos recientes.

Y en lo que tampoco existe absoluta similitud, sin predominar grandes oscilaciones, es en las tasas. Maó destaca como el enclave más caro (100 euros en día laborable; 150 el sábado por la mañana y 125 a la tarde), en lo que le seguiría Ciutadella, matizando que es gratis en horario laboral y con una tasa de 133.8 euros fuera del mismo o en sábado por la mañana (siendo la ciudad de Ponent, con 75, la que más bodas celebró en 2024).

En el lado opuesto, damos parcialmente con Es Castell o la misma Ciutadella (ofrecen una posibilidad gratuita, otras de pago) y sobre todo con Es Migjorn Gran (diez bodas en 2024, todo parejas locales) y Es Mercadal (20 casamientos), ya que ninguno de los ayuntamientos ubicados en el centro de la Isla cobra por oficiar bodas, coyuntura que además no se plantean revertir a corto plazo.

«No cobramos, pero es un tema que tampoco hemos analizado mucho; no se celebran tantas bodas, los ingresos no serían cuantiosos», detalla el alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser –planteamiento opuesto por ejemplo al de Ciutadella, donde este 2025 se ha presupuestado ingresar unos 6.000 euros por casamientos.

El único 'peaje' que exige una boda civil en Es Mercadal, es limpiar «el espacio de arroz», ya sea en el Ayuntamiento o en el local social de Fornells, «que es la que vale, si acaso luego en la finca repetimos la ceremonia, pero la que vale es la que se celebra en un edificio oficial», precisa Palliser. «No pagamos horas extras por la boda, por lo que no vemos necesario imponer una tasa ni pensamos imponerla a corto plazo», termina el alcalde mercadalenc.

Cuánto cuesta: pueblo a pueblo

Maó: la ciudad de la Isla donde más caro sale casarse

Maó es donde más caro resulta contraer matrimonio por lo civil en la Isla, con una tasa de 100 euros en día laboral, que se eleva a 150 si el servicio es en sábado por la mañana o a 125 un sábado a la tarde. Pero eso no merma al enclave mahonés como uno de los más solicitados en cuanto a compromisos al año; en 2024 sesenta parejas optaron por celebrar su boda en el consistorio alojado en la Plaça Constitució (además de 13 parejas de hecho), en su mayor parte oficiadas por el alcalde. Solo en Ciutadella se celebraron más compromisos el año previo.
Ese dato, además, viene a suponer el mayor número de bodas en Maó desde 2010 (71, y ocho parejas de hecho entonces), donde además se casan muchas parejas de fuera.

Ciutadella: el municipio más solicitado con 75 enlaces en el último año

Ciutadella es de las localidades pioneras en Menorca en lo que concierne a cobrar emolumentos por oficiar el matrimonio civil, aunque con un matiz; la boda en horario laborable es gratis. La tasa, en virtud de la ordenanza fiscal de 2007, de 133,88 euros, se aplica por oficiar el matrimonio por la tarde o el sábado, tanto por la mañana como por la tarde (sería la segunda tarifa más elevada de la Isla tras Maó). En 2024, Ciutadella celebró 75 bodas civiles, más que ningún otro lugar en Menorca, de las que 15 fueron oficiadas por el alcalde y las otras sesenta se repartieron entre los otros 20 concejales. Cuarenta fueron bodas ‘locales’ y 35 de parejas foráneas, provenientes principalmente de Mallorca y Catalunya.

Alaior: cobra un plus si el matrimonio se contrae en una finca

Casarse en Alaior es gratis si la boda se celebra en el registro civil, cuesta 45 euros entre los muros del Ayuntamiento y 70 si el compromiso tiene lugar en una finca, lo que es tendencia en tiempos recientes. En 2024 Alaior celebró 53 bodas; 20 en el juzgado, 23 en el Consistorio, ocho en fincas o agroturismos y dos ante notario (17 las ofició el alcalde). Alaior es, además, un destino muy elegido por parejas foráneas.

Sant Lluís: un descuento de residente para ahorrarse el 60 %

Sant Lluís, donde acostumbra a oficiar la alcaldesa, ofrece al igual que alguna otra población de la Isla descuentos a sus habitantes, a quienes la boda civil les sale por 40 euros; para los no empadronados, 100. En 2024, el pueblo de origen francés albergó doce bodas, la mayoría de ‘autóctonos’. No se ofrece servicio de vídeo ni similares, pero sí se adecúa el salón de actos para la ocasión.

Es Castell: sale gratis en el juzgado, no en la sala de plenos

Es Castell, que acogió 34 bodas en 2024, la mayoría oficiadas por el juez de paz, alberga la opción de casarse gratis en la oficina del juzgado. En cambio, en la sala de plenos sale por 50 euros de lunes a viernes y 75 el fin de semana o festivo (no hay servicios de vídeo o fotos). Al año, dos-tres parejas de fuera celebran su unión en la población insular de origen británico.

Ferreries: estrena su tasa favoreciendo a los lugareños

Ferreries, la última población de la Isla que ha optado por implantar tasa, cobra 75 euros si uno de los contrayentes está empadronado y 125 si ninguno de los dos lo está. Recientemente, ha estrenado el servicio de vídeo aprovechando el circuito cerrado interno del consistorio (por 50 euros). En 2024 hubo en torno a 30 bodas, oficiadas por el alcalde o el concejal de Fiestas, Ramón Sintes.

Gratis en Es Migjorn y Es Mercadal: solo piden no ensuciar

Es Mercadal y Es Migjorn Gran son los únicos dos municipios de la Isla donde el matrimonio civil se oficia gratis, planteamiento que a corto plazo no tienen previsto alterar. Es Mercadal, que solo exige dejar el espacio limpio de arroz o confeti, celebró 20 bodas en 2024. Es Migjorn, diez (todo parejas locales).

Los agroturismos, el gran reclamo para el ‘turismo de bodas’

José Luis Benejam, que en los seis años que acumula como alcalde de Alaior ha oficiado numerosas bodas, prestación que según admite «es de las más bonitas» de cuantas le corresponden asumir por su condición de primer edil, advierte, por otra parte, un potencial componente turístico y económico en el servicio de boda civil.

«Hay muchas bodas en Alaior», destaca Benejam, que al respecto alude a la «altísima concentración de fincas y agroturismos» con que cuenta el municipio, «el que más de toda la Isla», lo que necesariamente motiva «que haya más bodas» en espacios de este tipo en parangón al resto de localidades menorquinas, «y con muchas parejas foráneas también», observa Benejam.

Lugares de ensueño como Llucalari Nou o Llucasaldent Gran, entre otros, son de los más concurridos para la celebración de esponsales. «Los agroturismos son muy activos, ofrecen de bodas espectaculares, hechas con mucho cariño y profesionalidad», abunda el alcalde de Alaior.

«Y al margen de lo que supone la boda en sí, las bodas tienen su componente turístico, son una actividad económica en sí misma, un elemento turístico», analiza Benejam, que alude a que «2024 fue atípico, pues normalmente hacemos muchas bodas con foráneos», lo que implica la venida de «amigos, familiares, gente que viene para cuatro-cinco días, que se alojan en esos agroturismos u otros establecimientos y generan importantes ingresos para Alaior y Menorca».

Por último, el alcalde de Alaior confiesa que oficiar bodas es una de las actividades más le «llenan» de cuantas le tocan asumir. «Me lo preparo a conciencia, me reúno con los novios una semana antes... Es muy bonito, la verdad», termina Benejam.

El juez de paz dejará de casar a partir del 4 de abril

El juez de paz, que hasta la fecha también acostumbraba a casar por lo civil en los pueblos que cuentan con dicha figura como Es Castell (donde asumía la mayoría de bodas), Es Mercadal o Alaior, dejará de tener esa competencia a partir del 4 de abril, en virtud de la Ley Orgánica 1/2025 del 2 de enero.