Financiar con fondos públicos la totalidad de la primera fase no ha evitado que el GOB y los vecinos de la Cala Sant Esteve hayan alegado contra el proyecto de dotación de infraestructuras e impulso de las aguas residuales que el Ayuntamiento de Es Castell prevé licitar de forma inminente por casi dos millones de euros.
Aparte de otros aspectos medioambientales apuntados por el GOB, sobre los inconvenientes del traslado de la estación de bombeo, tanto la organización ecologista como los propios residentes piden que las obras «no alteren la fisonomía propia y diferenciada de la cala».
El motivo principal de discordia es la previsión de instalar estacas de madera y con doble cuerda junto al mar para proteger de eventuales caídas, lo que «implicará la eliminación de gran parte de la vegetación litoral» que caracteriza a la Cala Sant Esteve y que «la distingue de otras urbanizaciones más modernas».
El GOB pide en este sentido que se respete en la medida de lo posible el margen ajardinado que, de manera natural, brota en distintos puntos del litoral y que la intervención se limite a las obras de alcantarillado y agua potable, renunciando con ello a «transformar de manera innecesaria este espacio».
«No se puede destruir la Cala Sant Esteve, empeorar la belleza del entorno y la calidad de vida de los vecinos», aseguran éstos en sus alegaciones, en las que lamentan que se proponga «arrasar la vegetación junto al mar». También ponen pegas a que se pretenda señalizar el tráfico de todo el perímetro de la zona «como si la cala fuera una carretera y no un núcleo urbano». Los residentes temen con ello que, además de «deteriorarse los valores paisajísticos», el proyecto «estimule velocidades inadecuadas» y haga la vía más insegura y ruidosa.
En cuanto al firme, los residentes consideran que, en lugar de asfaltar las calles sin más, cabría aplicar un suelo «más humano, con cambio de color o textura, para que se perciba visualmente que se está accediendo a un lugar habitado y con prioridad para los peatones».
Sin postes ni cables
Pero también hay aspectos que los vecinos consideran positivos y que el nuevo proyecto del ingeniero Alberto Correa ha corregido respecto del planteado inicialmente. Es el caso del soterramiento de las líneas de teléfono, con la correspondiente eliminación de los postes y el cableado aéreo, lo que «mejorará la estética y la seguridad de la cala».
Segundo intento de obras tras siete años de tramitación
1 comentario
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No se com hi ha gent que es pugui queixar per que els hi possin el clavagaram. Que jo sapiga acaba amb els pous negres que contaminen s'aigua de la cala. ja dic, no ho entenc.