El radar de Es Mercadal en sentido descendente hacia el pueblo viniendo de Ferreries es el que más multa de la Isla. | Gemma Andreu

TW
9

Los cuatro radares fijos ubicados en la carretera general han descendido notablemente su actividad traducida en sanciones a conductores por exceso de velocidad durante los últimos cuatro años. Las cifras estadísticas revelan que en 2024 el número de multas se redujo en un 42 por ciento en relación a las que estos mismos cinemómetros impusieron en el año 2021.

Los datos anuales que recoge la Dirección General de Tráfico reflejan un descenso progresivo en el periodo señalado, que contrasta, especialmente en este último año, con la siniestralidad en las carreteras interurbanas, tristemente coronada con 13 víctimas mortales, cuatro de ellas en la ‘general’ donde están instalados los cuatro cinemómetros. En la vía que cruza la Isla el número de accidentes aumentó en un 57 por ciento el año pasado, en relación con 2023, con un total de 105 siniestros.

Los cuatro radares distribuidos en ambos sentidos, dos en el punto kilómetro 13,38, a la salida de Alaior en dirección a Es Mercadal, y otros dos en el 21,2, a su paso por la localidad mercadalense, son los que captan a los conductores que exceden el límite de velocidad permitido en ambos tramos. Sin embargo, solo operan dos de ellos, uno por cada ubicación, que se cambia periódicamente en sentido ascendente o descendente aunque las cajas que los envuelven se mantengan permanentemente en su posición.

La reducción gradual del número de multas que detectan los radares se traduce en una media de ocho sanciones diarias al año, es decir, casi siete menos que las que se registraban de promedio en 2021. La DGT, sin embargo, no da datos de los radares móviles.

Son los cinemómetros ubicados en Es Mercadal, que deben captar a conductores por encima de los 50 kilómetros por hora, los que más multan en la Isla, con mucha diferencia. Fueron 2.336 conductores los sancionados en ese tramo el año anterior frente a los 541 a cargo de los radares de Alaior. En estos la velocidad máxima recomendada es de 70 kilómetros por hora, pero el dispositivo no salta hasta los 90.

El descenso general del número de multas, que en Balears se ha situado en un 6 por ciento (muy lejos del 18 por ciento en Menorca) en relación al año 2023, tiene varias interpretaciones que incluyen el mantenimiento de estos dispositivos. Normalmente suelen pasar varias semanas, sino más de un mes, inoperativos por estas tareas o bien porque tienen algún problema en su funcionamiento.

Sin embargo, las razones más generalizas en Menorca son dos. Por un lado, la congestión de la carretera general donde están ubicados durante los meses centrales de la temporada estival. Coches de alquiler y de residentes no pueden apretar el acelerador porque la disposición de toda clase de vehículos en obligada fila india no permite fluidez ni adelantamientos, en la mayoría de los casos con lo que no se excede la velocidad permitida.

Por otra lado, la mayoría de coches de alquiler con ordenador de a bordo, están preparados para avisar al conductor de la existencia de los radares con tiempo suficiente para que reduzcan la velocidad límite.

De esta forma, cuando los radares captan más conductores infractores es en abril, mayo o principios de junio, y a partir de la segunda quincena de septiembre y octubre. Es entonces cuando la descongestión de tráfico desaparece, todavía hay presencia turística en la Isla y es más sencillo no advertir la presencia de los dispositivos de Es Mercadal que son los que más sanciones imponen.