Un autobús de la línea L-15, ayer, a su paso por la Plaça del Príncep de Maó | Gemma Andreu

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La gratuidad del bus en la que los ayuntamientos menorquines llevan instalados desde hace décadas llega a su fin, al menos en el caso de los municipios que cuenten con líneas urbanas, aquellas que no conectan pueblos distintos, sino que discurren dentro de un mismo término municipal.

El Consell insular está ultimando convenios de colaboración para hacer partícipes a los consistorios de la financiación del servicio. La mayor factura la pagarán Ciutadella y Maó, que inicialmente abonarán 80.000 y 60.000 euros respectivamente, cantidades que se irán incrementando hasta alcanzar en diez años los 100.000 euros, en el caso de Ponent, y los 80.000 euros, en el de la ciudad de Llevant.

El conseller de Movilidad, Juan Manuel Delgado, explicaba este lunes que se trata de una novedad obligada  para «dar soporte legal» a la prestación de este tipo de servicios por parte de la institución insular, cuando la competencia es en rigor municipal en el caso de los trayectos intraurbanos.

En ese sentido, aseguró que desde el Servicio de Intervención del Consell han advertido al departamento de la necesidad de subsanar algo que «hasta la fecha no se había hecho bien». En esta situación se encuentran dos municipios más, Alaior y Es Mercadal, aunque su aportación, siempre proporcional al número de líneas urbanas de que disponen, será muy inferior.

La advertencia ha llegado aprovechando el momento en que se está avanzando hacia la nueva licitación del servicio público de transporte regular por carretera y desde el Consell consideran que se trata de «una aportación económica menor», que ayudará a financiar el déficit estructural que arrastra el servicio, todo con vistas al proceso de licitación de los nuevos contratos y teniendo en cuenta que lo previsible es que en algún momento se extinga la gratuidad del servicio para los usuarios del transporte público, que en los últimos años ha permitido al Consell librarse del coste gracias a la ayuda de otras administraciones.

Competencia municipal

Los alcaldes de Maó y Ciutadella, Héctor Pons y Llorenç Ferrer, aceptaban este lunes con resignación el nuevo gasto para las arcas municipales. Lógicamente ambos expresan que hubieran preferido que fuera el Consell el que se siguiera haciendo cargo de la totalidad del coste del servicio, aunque comprendían que la competencia es municipal y agradecían al conseller Delgado la predisposición a negociar las cantidades a satisfacer.

El apunte

Ciutadella reclama que la L-60 pase cada media hora y que haya parada en el dique de Son Blanc

El alcalde de Ciutadella, Llorenç Ferrer, reveló este lunes las dos reclamaciones que el Ayuntamiento ha hecho llegar al Consell dentro del proceso de alegaciones a los llamados anteproyectos del servicio de transporte regular por carretera, el paso previo a las elaboración de las bases para licitar los nuevos contratos. En primer lugar, reclaman que, como ocurre en Maó con su línea urbana, la línea del casco urbano de Ciutadella, la L-60, tenga una frecuencia de paso de media hora y no de una, como pasa ahora. Por otro lado, ven lógico pedir que se incorpore una parada cerca de la estación marítima del puerto exterior de Ciutadella. Ferrer recordó en ese sentido que Son Blanc concentra la gran mayoría del tráfico marítimo de la Isla y se mostró confiado en que se acepten las dos alegaciones.