Obras de refuerzo del espigón en febrero de 2023. | Josep Bagur Gomila

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La escasez de materiales se ha hecho patente en grandes obras públicas como la reforma del puerto de Fornells, que incluyó el refuerzo del espigón y requirió el transporte desde Mallorca de cientos de piedras, aunque en esta ocasión se trató de roca caliza dura. Las piedras tuvieron que ser transportadas desde dos canteras de Mallorca, Sa Torre, en Manacor, y Son Tafona, en Mancor de la Vall, lo que supuso una logística específica y un encarecimiento del proyecto que se tuvo que contemplar en el presupuesto final.

Los trabajos requirieron 7.000 toneladas de rocas que se trajeron en camiones vía marítima desde Alcúdia, sujetos a las condiciones meteorológicos y a la capacidad de carga de los vehículos, cada uno de ellos transportó entre 24 y 27 toneladas de rocas.

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La única cantera insular que podía obtener esta clase de piedra para el espigón y el nuevo martillo de Fornells era la de Santa Bàrbara, entre Binixems y Alaior, pero en aquel momento no estaba operativa, debido a una declaración desfavorable de la Conselleria de Medio Ambiente desde 2021. El terreno del que se puede extraer este tipo de piedra caliza de gran dureza ocupa una Zona de Especial Protección de Aves ZEPA.

La propiedad decidió paralizar la producción hasta que se resolvieran los recursos presentados por la vía judicial y ante el Ministerio para la Transición Ecológica.