Los puntos de venta de coches de ocasión y seminuevos cuentan con una oferta variada de vehículos a la venta, que se amplía una vez finaliza la temporada turística y se incorporan los coches de las empresas de ‘rentacar' | Josep Bagur Gomila

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La pirámide del mercado del automóvil se estrecha cada vez más. El precio de salida de los coches más baratos, como es el caso de los de segunda mano, va en aumento y recorta las diferencias con aquellos seminuevos y de ocasión, además de los recién salidos de la fábrica, a un mayor ritmo.

La dificultad para acceder a un vehículo se incrementa y, en estos momentos, «el mercado de los coches de más de 20 años es muy complicado». «Hay vehículos de estas condiciones que se están vendiendo por 3.000 y 4.000 euros. Existe una gran especulación», denuncia María Prieto, gestora comercial de Clickautos en Menorca.

Así lo indica el parque automovilístico de la Isla, en el cual la edad media de los vehículos se sitúa en los trece años a día de hoy. Son dos años y medio más que en 2013, cuando la edad media se cifraba en 10,5 años.

Mercado de particulares

La misma Prieto apunta al auge del mercado entre particulares como una de las principales causas. «Hay un gran mercado de coches antiguos entre particulares en los que se vende por mucho más de lo que costaría años atrás porque no hay stock. Y cuando no hay, la gente paga lo que sea», advierte. Los potenciales clientes ya han asumido que la subida de los precios de los automóviles ha llegado para quedarse. Al tratarse de una situación por el momento irreversible, las personas no tienen más remedio que aceptar y pagar.

Domingo Martínez, gerente de Domiautos, es del mismo parecer. «Llevo 22 años vendiendo coches y no he visto nunca nada igual. Todo el mundo vende coches en grupos de redes sociales, otros portales de Internet... Esto es lo que está haciendo que suframos cada vez más, además de los grandes concesionarios independientes, los cuales realizan tasaciones muy elevadas», afirma.

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La proliferación de grupos de compraventa de vehículos de segunda mano en redes sociales  ha impulsado este tipo de transacciones entre particulares en la Isla. En Facebook son muy habituales y algunos de ellos superan los 5.000 miembros, por lo que se convierten en un gran escaparate. Además, los anuncios duran poco tiempo porque encuentran comprador con relativa facilidad.

Peligros de esta práctica

En opinión de Martínez, la situación actual deriva de la cima de la pirámide. «Después de la pandemia decían que no había vehículos nuevos, por lo que el mercado de segunda mano se sobrevaloró. Llegados a este punto, una persona con un coche de estas características se veía forzada a estirarlo más tiempo o bien venderlo abusando de los precios», relata. En la actualidad, el dirigente de Domiautos asegura encontrarse frecuentemente con casos en los que un cliente le solicita una tasación de su vehículo para simplemente «obtener información». «Luego lo ponen a la venta ellos mismos», afirma.

La demora en la entrega de los coches en los concesionarios, que puede llegar a los seis meses, y otros trámites a priori sencillos como el cambio de nombre, se han ido ralentizando a partir de la pandemia con el sistema de cita previa.

Esta burocracia también ha contribuido a que el mercado de segunda mano entre particulares aglutine más público, aunque pueda suponer un mayor riesgo. «Hay gente que realmente valora vender el coche y desentenderse de él», comenta con ironía el responsable de Domiautos. «No tener que dar garantías ni explicaciones, no es solo poner la mano, también es otorgar un servicio y unas garantías, pagar el IVA..., como particular estás obligado a dar una garantía de 6 meses», añade, haciendo alusión al motor y la caja de cambios. El margen de beneficio para empresas que operan en este sector se reduce a medida que los precios aumentan de forma galopante. «Si por mí fuera, la mitad de los coches no valdrían ni la mitad de lo que cuestan», asevera Domingo Martínez.

Cambio entre particulares

Para realizar la transferencia de un coche entre particulares, el comprador y el vendedor deben rellenar un contrato de compra-venta, el cual está disponible en el servicio de registro civil.

A eso se le añade aportar toda la documentación necesaria: fotocopias del DNI, tarjeta de ITV y permiso de circulación. Además, se deberá solicitar el cambio de titularidad de la DGT (Dirección General de Tráfico) y rellenar el modelo 620 para pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. Por último, es recomendable pedir un informe del vehículo a la DGT a través de su página web. Este asegura que el vehículo carece de incidencias y ofrece más  información sobre el mismo.

El apunte

Los coches con una antigüedad de 5 años mantienen su valor

La inflación y la sobrevaloración del mercado de segunda mano han propiciado que los coches con apenas cinco años de antigüedad hayan mantenido el valor desde el momento de su compra pese al uso que se les haya podido dar. «Hay clientes que nos compraron un coche en 2019 y este año lo pueden vender por el mismo precio que les costó. Esto no ha pasado nunca en la automoción porque el coche siempre pierde valor, no es como una casa», recuerda la asesora de Clickautos en la Isla, María Prieto.

Los factores mencionados, unidos a la aparente falta de stock en los concesionarios, han congelado en el tiempo el valor de los coches con hasta cinco años de antigüedad, algo inédito hasta la fecha. «La gente no abusa, pero hay precios que antes no estaban y ahora sí», señala Prieto en referencia a los vendedores en el mercado de particulares. Acostumbrada a realizar tasaciones en su jornada laboral, la comercial está recibiendo visitas de clientes que muestran coches que superan los 15 años de antigüedad. «No les puedo tasar el vehículo en lo que les van a dar en la calle. Me dicen ‘es que me ofrecen 3.000 euros’ y yo les digo ‘ya, pero es que eso no te lo puedo dar’», explica la asesora.

Sin apenas coches de 2017

El hecho de que un automóvil de 2019 conserve su precio original también se explica a partir de la gran escasez en el mercado de vehículos fabricados en los años inmediatamente anteriores. «Hay gente a la que ahora se le ha roto el coche y necesita uno. Por la situación que existe en la actualidad, no pueden acceder a uno nuevo. Entonces, se ven obligados a comprar coches de segunda mano, es decir, de diez años de antigüedad en adelante», desarrolla Prieto.

«Hay un rango de coches entre los siete y nueve años que prácticamente no existen. Hay muy pocos», afirma.