La cooperativa que gestiona el matadero de Maó sobrevive y se especializará

La primera llegará este mismo lunes. La concejala Susana Salom avanzó ayer que la Junta de Gobierno municipal aprobará la addenda del convenio y así podrá transferir directamente a la cooperativa los 250.000 euros que llegan del Consell para gasto corriente. «Y, si podemos, no serán los únicos. Vamos a intentar darles alguna ayuda extraordinaria más».

Salom dice que «el único objetivo que mueve al ayuntamiento (obligados legalmente a dar el servicio) es que el matadero siga funcionando» y, desde este punto de vista, se congratula de que la cooperativa «se sienta respaldada» por el Consistorio. Pero también por el Consell y el propio Govern balear, cuyo director general de Agricultura, Fernando Fernández -dice- «se muestra dispuesto a prestarles ayuda cuando hayan resuelto su situación». Es más, a día de hoy el Ayuntamiento no prevé retocar el contrato por 25 años con la cooperativa, que es vigente hasta 2039, y anuncia que, si algún día se plantean cambios, serán consensuados y en su beneficio».

La edil destaca que la cooperativa «está ajustando su actividad para no generar más deuda, lo que es una medida muy inteligente. En contra de lo que pueda parecer, la situación actual no es mala y se trabaja de forma alineada con el resto de administraciones para seguir dando muchos años de vida al matadero».

Susana Salom asegura que «el obrador está funcionando muy bien», anuncia una próxima mejora de las instalaciones (el convenio con el Consell también compromete 600.000 euros para inversiones) y aboga por la «especialización» como guía de cara al futuro.

Alineados con Govern y Consell

«Todas las administraciones ven bien que sigamos como obrador compartido», confirma Biel Seguí. «Hemos sufrido un sinfín de dificultades, agravadas porque la administración ha sido lenta y las ayudas han tardado en llegar, pero éstas ya son inminentes y demostramos resiliencia.Los ganaderos sabemos reaccionar positivamente ante las dificultades», asegura.

Para Biel Seguí, «lo más importante, más allá de que sea una obligación, es que el ayuntamiento está convencido de la necesidad de seguir prestando servicio, y no solo a los ganaderos de Maó. Aquí también damos asistencia a Sant Lluís, Es Castell o Alaior. Es cierto que somos una isla, pero hay cosas que requieren de distancias más cortas. Los pequeños ganaderos son los primeros interesados en que se mantenga la actividad y no se encarezcan más los costes de transporte».