La producción lechera de ocho explotaciones ganaderas está en el aire a partir del 1 de enero

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El Govern balear concretó este martes la convocatoria, para el día 12, de la mesa del sector lácteo de Menorca, para analizar la situación a la que se enfrentan el campo menorquín y la industria lechera y quesera, una vez La Payesa ha anunciado que dejará de comprar leche a finales de este 2023. En esta reunión, el director general de Agricultura, Fernando Fernández, expondrá una propuesta para que sea discutida y mejorada, con el fin de llevar a cabo, «entre todos», una reestructuración del sector, que sirva para garantizar su supervivencia.

Con la premisa del «respeto» hacia la decisión tomada por La Payesa, que «seguro que les habrá costado», Fernández considera que el panorama, «con la leche que manejamos, pero con menos actores», requiere «resituar el sistema».

«Estoy convencido de que la industria tiene capacidad para absorber» los 3 millones de litros de leche que compraba La Payesa a ocho explotaciones, «pero exige una reestructuración», porque «a nadie le interesa que caigan las explotaciones ganaderas».

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El reto

Para el director general del Govern, «el reto es absorber los 3 millones de litros sin bajar el precio de la leche, porque si algo hemos logrado es subirlo entre un 40 y un 50 por ciento» para acercarlo más al que se paga en la Península.

Para ello, «ya está habiendo muchas conversaciones» entre todas las partes implicadas, porque «hay diferentes opciones, habrá que ver la mejor y, como administración, apoyaremos las decisiones que se tomen».

Fernando Fernández no pudo precisar el alcance de estos cambios. De hecho, explicó que «estos días estaba preparando el borrador del plan Provilac para 2024 y he tenido que remodelarlo» a tenor de lo acontecido. De este modo, el martes «plantearé una propuesta, que discutiremos y, con las ideas que aporte el sector, lo replantearemos». Eso sí, teniendo muy en cuenta que «no se puede perder de vista el marco jurídico para las ayudas», pues recuerda, están sujetas a «los principios de competencia y la unidad de mercado» de la Unión Europea. En cualquier caso, «siempre hemos tratado de responder a la situación, como con la covid en 2020, y también se hará ahora», añadió.

En cuanto a las alternativas que se han barajado ya, como la compra de cuajada a las fincas afectadas por parte de Quesería Menorquina, «es de agradecer que haya dado el paso». Sin embargo, «hay más opciones, las barajaremos todas», concluyó Fernández.

El apunte

Los ganaderos buscan comprador y la industria hace cuentas

Los llocs afectados van a contrarreloj para recolocar sus producciones. En Sa Muntanyeta, en Ciutadella, Jesús Bosch ve que «está difícil, hemos preguntado en Coinga, pero nos han dicho que lo están estudiando», y    les consta que Dalrit y Sa Canova no precisan más producto.

«Entiendo que no es fácil, sería producir muchas toneladas más de queso a la semana» y es imposible que las fincas elaboren cuajada, «hay para un año para dar de alta la quesería y cuesta 100.000 euros, que no podemos gastar así como está el campo», lamenta Bosch, que produce cerca de 400.000 litros al año con unas 50 vacas.

El gerente de Sa Canova, Pedro Pons, admite que «técnicamente tenemos capacidad, pero hemos hecho números, económicamente no sale, para no perder tendríamos que pagar el litro a 35 céntimos y ya han dicho las asociaciones [OPAS] que no debe servir para bajar precios». Además, «solo sería viable para fabricar un producto que saliera rápido, ya tenemos mucho estoc», de ahí que crea que «la única solución es que se implique la administración». Mientras, Lluís Nadal, de Agrame, indicó que, con la Asociación de Ganaderos Productores de Leche, «estamos analizando los contratos, creemos que el preaviso de La Payesa no es válido en algún caso».