Las imágenes tomadas recientemente en el vertedero de Milà, muestran numerosos restos de animales en diferentes estados de descomposición

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Los restos de animales muertos aparecidos en el vertedero de Milà –al menos los que se aprecian en las fotografías divulgadas este sábado por Menorca-Es Diari– tienen su origen en sacrificios de matadero. Así lo señalan sin dudar los expertos en la materia que han analizado las instantáneas publicadas. El caso ya está siendo investigado por el Consell ya que supone una manifiesta irregularidad en el tratamiento que debe hacerse de este tipo de subproducto animal en el Área de Gestión de Residuos, donde deberían ser incinerados.

La cabeza de vaca que asoma entre la basura muestra el rastro de un tiro en la frente disparado con una pistola aturdidora, la que se utiliza en los mataderos antes de desangrar al animal. Asimismo, entre la montaña de basura, se puede observar en varias instantáneas la presencia de una saca de vísceras de las que se usan para el transporte de los restos no aprovechables para el consumo humano hasta Milà, básicamente por el Matadero Municipal de Maó, según confirmaron este sábado desde la cooperativa que lo gestiona. En el matadero de Ciutadella solo envían a Milà las cabezas de ganado, y el resto de subproductos de sacrificio lo trasladan congelado para su revalorización en la Península.

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Solo entran empresas de transporte autorizadas

El volumen y presumible peso de los sacos de residuos (alrededor de 400 kilos) con vísceras y otras partes de multitud de animales que aparecen en las fotografías hacen también descartar que hayan podido ser traslados por particulares, ni tan siquiera con una camioneta. Además el acceso a la zona de Milà está restringido a las pocas empresas de transporte autorizadas para tal fin en la Isla. Conclusión preliminar: los restos de animales se originaron tras el sacrificio ordinario en un matadero, todo parece indicar que al menos parte de ellos en el de Maó. El problema se produjo una vez dentro del recinto del Área de Gestión de Milà.

Resulta prácticamente imposible pensar que esos restos de animales muertos hayan terminado en el vertedero procedentes de los contenedores de recogida selectiva, ni de los de cartón, vidrio y plástico, ni de los de la fracción resto, la basura normal –por así llamarla–. No es que sea inaudita la aparición de animales muertos en bolsas de basura, pero de un tiempo a esta parte pasan por un considerablemente estricto cribado y son supuestamente retirados para su incineración. Hay que tener en cuenta el enorme peso y volumen de la saca de con subproducto de sacrificio, de muy difícil manejo

La cuestión clave en estos momentos estaría por lo dicho planteada sobre lo ocurrido –no se puede afirmar en estos momentos si de forma puntual o continuada– con los restos de animales una vez cruzaron el umbral de la puerta de acceso al recinto de Milà, con una altísima probabilidad cargados en un camión de transporte autorizado.