El final del fuel en la central. La pelota está sobre el tejado del Ministerio, que debe autorizar el cambio de combustible en la central. | Gemma Andreu

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La pelota está sobre el tejado del Ministerio para la Transición Ecológica y ya lleva ahí casi cuatro meses. Endesa confirmó este miércoles que ya ha trasladado al Gobierno la solicitud para que se autorice el fin de la combustión de fueloil en la central de Maó –es decir que se dé el visto bueno para que el sistema eléctrico asuma el sobrecoste que supondrá el cambio a gasoil–. De hecho lo hizo en el mes de noviembre pero por el momento no ha recibido contestación alguna. Mientras tanto, sigue prevaleciendo el criterio económico, por el que se priorizan las materias primas más baratas y, en este caso, la más contaminante de las que puede hacer uso la térmica menorquina, el fuel.

Cabe recordar que Endesa dio el paso después de que la nueva autorización ambiental integrada aprobada por el Govern le impusiera una reducción drástica de las horas de funcionamiento de los tres motores diesel qu,e funcionan con fueloil –el combustible más contaminante–, a 500 horas anuales cada uno. Es ahí donde la eléctrica ha encontrado la motivación justificada para solicitar el cambio de combustible, con el objetivo de que con el uso de gasoil las horas de uso de los motores pueda triplicarse, hasta las 1.500 horas.

Desde la Dirección General de Energía del Govern se mostraban este miércoles optimistas y, aunque siempre con la duda del que no tiene las competencias, confían en que el Gobierno cumpla con su compromiso de atender la solicitud de erradicar para siempre la quema de fueloil en la central térmica del puerto: «Esperamos que no sea una espera larga», expresó el director general, Pep Malagrava, quien descargó al Gobierno al aclarar que «esto no es autorizarlo y ya está, se tiene que hacer un informe». Y en esto estaría el Ministerio, que ayer no respondió a las peticiones de este diario sobre la cuestión.

«El fuel debe desaparecer de la central sí o sí» enfatizó Malagrava, quien subrayó que con la emergencia climática «no pueden seguir rigiendo criterios económicos, sino adoptar criterios ambientales, no puede ser que el fuel se siga usando porque es más barato». Se añade a este criterio el de la seguridad de suministro una vez aprobada la limitación de uso de los tres grupos más antiguos, los motores diesel que en el año 2016 concluyeron con su vida útil y que hasta el momento han sido la base de producción de la central térmica de Maó.

Cabe recordar que aunque los motores cambien de fueloil a gasoil y obviamente reduzcan sus emisiones, serán más contaminantes que las cinco turbinas más nuevas. Hasta el momento ninguno de los proyectos de transición energética que ha presentado Endesa (primero el gas y después el hidrógeno de origen renovable) para la central han contemplado la retirada de esos motores que suponen apenas el 16 por ciento de la potencia de la central.