Las obras impiden a los coches ir de una punta a otra del puerto de Maó | Gemma Andreu

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El puerto de Maó ha quedado dividido de forma temporal en dos partes inconexas por lo que al tráfico rodado se refiere. Las obras de instalación de un nuevo colector de aguas pluviales han obligado a cortar los dos sentidos de circulación en un pequeño tramo comprendido entre la bajada desde la Costa de ses Voltes y el aparcamiento de la antigua estación marítima, aproximadamente toda la extensión del Parque Rochina.

Según informaron este lunes desde Autoridad Portuaria de Balears, la medida se mantendrá hasta el día 30 de abril, es decir, por espacio de unas tres semanas. La posibilidad de trabajar en cada uno de los dos carriles por separado dando paso alterno a los vehículos, sin tener que interrumpir el tráfico por completo, hubiera conllevado una serie de dificultades, además de prolongar el tiempo de ejecución de esta parte del proyecto.

Así las cosas, los coches que llegan a la pequeña rotonda instalada el año pasado a unos metros de la zona de pescadores se encuentran con una valla que impide continuar por el vial habitual. En este punto, los vehículos son desviados al aparcamiento de la antigua estación marítima, que se puede recorrer en su práctica totalidad, para girar y regresar por la calzada habitual hacia la zona de la Colársega. Para acceder al Moll de Llevant, los conductores tienen que bajar por la Costa de ses Voltes. La medida fue anunciada este lunes, el mismo día en el que se empezó a aplicar.

La interrupción de los carriles por las obras del colector no afecta a los peatones, aunque estos deben dar un importante rodeo entre vallas y operarios para poder cruzar el Parque Rochina, puesto que las aceras también han quedado cortadas por esta actuación.

En este punto del puerto se están ejecutando desde hace varios meses las obras de sustitución del muelle.