La finca de La Paloma en Maó se suma a la producción de miel

Su idea es convertir la zona en un espacio de árboles frutales y flores silvestres de diferentes temporadas con el fin de abastecer las casetas de abejas y actuar también de punto de alimentación de otros insectos polinizadores. Esta estancia ha firmado a su vez el acuerdo de custodia del territorio y se ha incorporado a la red de fincas de Custodia Agraria que impulsa el GOB. La entidad ecologista indica que debido a que los terrenos presentan una pendiente pronunciada, la propiedad deberá trabajar sistemas de control de la erosión y de mejora de la distribución del agua de lluvia con el fin de garantizar la fertilidad del suelo y la adecuación de las plantas que se vayan sembrando. El GOB agrega que los insectos son parte de la biodiversidad que más se ha perdido en las últimas décadas. Por esto aplaude la iniciativa de «recuperar tierras agrícolas sin tóxicos y con flores silvestres que permitan una actividad económica».