Los restaurantes se enfrentan a lo desconocido. ¿Cuándo podrán abrir? ¿Con qué condiciones sanitarias? Y sobre todo la pregunta más urgente, ¿cómo sobrevivirán a la prolongada paralización de la actividad? Son algunos de los interrogantes que ayer se pusieron sobre la mesa redonda virtual organizada por la Asociación Empresarial de Hostelería y Restauración de Menorca (CAEB), que fue seguida por un centenar de personas. Primera conclusión, mucha incertidumbre y pocas certezas. La más clara, que «esto va a ser una travesía del desierto que va a obligar a aplicar una economía de guerra».
La frase no es propiamente de un restaurador, aunque sí de un gran conocedor del sector, Antoni Juaneda, propietario de la web Cómete Menorca e impulsor de la asociación gastronómica Fra Roger. Él fue uno de los tres ponentes, junto a Dani Mora, cocinero y propietario de Sa Pedrera des Pujol, y Chema Holguín, socio de FyB Consultores y asesor de varias asociaciones de hostelería y restauración. El moderador fue José Bosch, presidente de los restauradores de CAEB. Todos coincidieron en que el escenario de la reapertura queda lejano, pero hicieron el difícil ejercicio de avanzar en qué circunstancias se producirá.
La primera gran incógnita que abordaron es la perspectiva de reapertura. El escenario compartido es agosto. «El panorama no es alentador, hemos analizado diversos escenarios, pero está claro que falta mucho para abrir», expuso Mora, quien apunta al turismo nacional de segunda residencia y de apartamentos como la primera clientela tras la crisis. Exprimiendo el escaso optimismo que queda en el sector planteó la idea de que un destino menos afectado por el virus pueda favorecer a su imagen. La gran esperanza, que la temporada empiece tarde pero pueda extenderse hacia el mes de octubre.
El drama económico
El primer problema será económico, como apuntaba en el turno de preguntas la restauradora Sonia Baró, muy crítica con las administraciones. Llamó a «unirnos para apretar y exigir ayudas». Baró descarnó la situación dramática que atraviesan. «¿Cómo vamos a sobrevivir, de qué vamos a vivir tantos meses cerrados? Sin agua no se puede cruzar el desierto». Y al abrir, reducción de personal, aumento de los costes por los protocolos sanitarios, menos aforo en los locales y la incertidumbre de cómo se comportará el cliente. Una receta inquietante.
Holguín expuso recomendaciones preliminares de Sanidad, que apuntan a una distancia diez metros por mesa. «Muchos no podrán abrir porque les será imposible cumplir con las exigencias». Sobre todo locales pequeños, sin espacio para cumplir con los protocolos de entrada de víveres, vestuarios, etc.. Los protocolos sanitarios se van a endurecer y los negocios tendrán que hacer marketing ya no de sus elaboraciones, sino del trato escrupuloso de los alimentos y del servicio.
Coinciden en que los locales familiares, basados en la confianza con el cliente, parten con ventaja. También el producto local puede despertar más confianza, una palabra clave para superar el miedo a meterse en un restaurante. Mora lanzó una reflexión, en tono de broma pero con trasfondo. Quizá huyamos de las terrazas llenas y vayamos a las vacías. Quizá en carretera ya nadie vaya a los restaurantes donde hay más camiones. El mundo al revés.
48 comentarios
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Ja queda poc, prest ja estarem al molí d'es racó menjant porcella i pollastre al forn
@torquemada. si existen restaurantes en los pueblos de todo el año es gracias al turismo y a los profesionales que en su tiempo vinieron de fuera y formaron a los pocos que en aquellos tiempos se querían dedicar a la hostelería. La gente que ha montado restaurantes de todo el año para malvivir en invierno, si no tuviera una buena temporada de verano no existirían porque no serian viables económicamente. Ya se ve que los restaurantes en Menorca en invierno están llenos, si medio trabajando los sábados y domingos se pretende que se vea como un exito estamos apañados
Estoy de acuerdo que el turismo de segunda residencia y de apartamentos pueda ayudar a recuperar algo el sector de la restauración y el comercio pero alargar la temporada hasta octubre ( aunque los precios nunca han ayudado demasiado) lo veo muy dificil ya que todos sabemos que el curso escolar, este año, ha quedado supeditado a dos trimestres y es muy posible que el curso próximo empiece antes que otros años y todos sabemos que el turismo de Menorca es sobre todo familiar
Sra.Baro explique porque se hice restaurado, cada cual se merece lo que tiene, abusar no pagar cuando toca y hacerle la vida imposible a una buena persona que en ese momento tenía problemas y usted lo sabía, cuando dinero le perdono dicha persona para que le pagará, y no le remueve la conciencia....?
este verano los restauantes de costa y urbanizaciones casi, que pueden no abrir, sino es que sean pequeños o familiares, porque el turismo va a ser "molt magre". los unicos que se salvaran los que tengan habitualmente clientela de toda la vida( restaurantes de pueblo) y clientela casi fija, pero los que viven del turista, mal año, a ver si estos de costa y viven a costa del turista se tendran que poner al dia, en calidad, profesionalidad, etc, que hay miucho restaurante de batalla y a ganar dinero con malisima calidad y profesionales que no son, porque aqui los buenos profesionales trabajan todo el año, casi todos.. pero esta pandemia abrira los ojos a mucho empresario listillo
"Menorca es un diamante en bruto, que los ineptos políticos de esta isla, nunca han sabido cuidarla bien y pulirla para hacerla brillar". He oido este comentario varias veces y le doy la razón al que se le ocurrió. Pues como dicen en otro comentario ,si viniera un buen y objetivo inspector de Sanidad, (tendria que ser de fuera de isla,pues los de aquí han permitido lo que hay) muchos locales no los hubieran dejado abrir, y ahora solo faltaba este virus. Con el cual, todavia se pone más dificil para muchos establecimientos de Restauración que no cumplen con la normativa que se exige. Muchos cambios hay que hacer para arreglar este desaguisado.
Cuando pase toda esta tragedia sanitaria,poco a poco volveremos a la normalidad,quien quiera se quedara en casa y a los que nos gusta disfrutar del ocio volveremos a nuestros fantásticos restaurantes y bares de menorca,ya esta bien de criticar un sector que lleva décadas creando riqueza y bienestar.los empresarios de hostelería de baleares son muy buenos y muy competitivos,y como ha pasado en otras situaciones adversas se levantarán otra vez, más pronto de lo que pensamos ánimo a todo el gremio de hostelería
@cambios y @kinalockura, estoy totalmente de acuerdo, soy asiduo a restaurantes, me gusta salir un par de veces a la semana, por ocio y por comodidad, pero después de esto, tardaré bastante tiempo en salir a comer, no quiero salir para no poder hacer vida social, para tener una mesa a 2 metros, para que me atiendan con mascarilla, para estar empranoiado con vasos, cubiertos, con si el camarero ha hecho eso o aquello, quien está en la cocina, si me fio de él......creo que en un futuro volveré, pero creo que el futuro está en restaurantes tipo los que tienen una cocina que el cliente puede ver, quien, como y con que cocina. Estaré en casita una temporada con buenos alimentos y con comodidad.
Cromapons, si no et vols contagiar, no surtis de casa, ml vagis al bar, igual que els majors i gent de risc, deixa a la resta que segueixi amb la seua vida. Algun dia haurem de sortir. Menys histèria i menys por i mes sentit comú.
Muchos muchísimos, dueños de bares y restaurantes durante demasiados años os habéis pasado con los altos precios, la baja calidad y el mal trato que habéis dado a la clientela residente. AHÍ LO DEJO. Suerte a todos.