La mesa redonda se trasladó a la sala de exposición del Claustre del Carme por la gran afluencia de gente que congregó | Javier Coll

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«La APB no tiene la última palabra sino que la tendrá el destino y si la Administración no quiere apostar por ello, no se hará, haremos lo que se nos pida». Así de contundente fue el delegado en Menorca de la Autoridad Portuaria de Balears, Vicent Fullana, con respecto a la propuesta de habilitar un «pequeño pantalán» en La Mola para el desembarco de cruceristas de grandes barcos que fondeen. La propuesta es «una solución técnica; la que vemos más factible con mínimo impacto». Así lo dijo Fullana el viernes en la mesa redonda organizada por Ara Maó sobre si la ciudad debe o no apostar por el turismo de cruceros y en la que ningún ponente se posicionó claramente a favor de los grandes barcos. El mensaje, aunque con matices, fue que tienen difícil encaje en la Isla. Para algunos, por las dificultades técnicas que presenta la rada. Para otros, por el nivel de impacto sobre el territorio que generan.

La gerente de la Agencia Cardona, Rosa Cardona, dio un sí rotundo a la apuesta por la actividad de cruceros. Y desmitificó algunas ideas. No obstante, con respecto a los megacruceros, Cardona apuntó que «La Mola resuelve un problema, pero crea otros». En el pasado algunos fondearon pero «no sé si en el futuro el interés puede persistir».

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