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La exigencia del conocimiento del catalán como requisito a los médicos provocará la fuga de profesionales que ahora son interinos y que ya se plantean optar a plazas en otras comunidades, advierte el sindicato Simebal. Diez profesionales del Hospital Mateu Orfila (cuatro anestesistas, tres ginecólogos y tres traumatólogos) han manifestado su preocupación al sindicato, según su delegado en Menorca, Claudio Triay, aunque ninguno de ellos, según informó ayer la gerencia del Área de Salud, ha comunicado formalmente su intención de dejar el hospital.

El gerente, Antoni Gómez Arbona, preguntó ayer a los jefes de servicio de las especialidades citadas por la situación de sus plantillas, y por ahora, las fuentes oficiales señalan que «no se tiene conocimiento de que ningún médico quiera dejar el hospital por la cuestión del catalán» o al menos, no lo han comunicado.

Lo cierto es que los profesionales no desean de momento significarse y acuden al sindicato, precisamente, para que éste actúe de portavoz y guardar el anonimato. «Temen las consecuencias por una cuestión que en realidad nunca ha sido un problema en Menorca», afirmó ayer Triay, quien recordó que las cifras corroboran que la cuestión lingüística no está entre las preocupaciones de los pacientes: de las 5.000 quejas que se plantearon en Balears el año pasado en la sanidad pública (según datos del IB-Salut), solo siete tuvieron que ver con el idioma, cinco relacionadas con el uso del catalán y dos con el castellano.

Sobre los dos años que, alega la Conselleria de Salud, se les da para estudiar catalán (nivel B2), «ellos no están en contra de estudiarlo siempre que sea en horario laboral» y no fuera de su jornada, «pero no entienden que sea algo excluyente». Explica que los profesionales ya tienen que actualizarse en sus conocimientos de medicina y que para ello el idioma que les es imprescindible es el inglés.

Simebal no acepta las excepciones. «Un decreto es de obligado cumplimiento, no queremos un 'sí pero no', los médicos no quieren estar esperando a ver si hay suerte y no se presenta nadie que tenga el título de catalán porque con eso ya les pasaría por delante». Triay aboga porque el catalán «no sea un elemento de rechazo» y recuerda «lo que ha costado traer profesionales». En cuanto a la situación en otras comunidades con lengua propia, recuerda que Galicia o País Vasco establecen como mérito el conocimiento lingüístico y quieren lo mismo en Balears, que la lengua sea «un mérito bien reconocido» en los baremos de las oposiciones.