El Govern insta a Maó a buscar solares para ubicar el nuevo centro sociosanitario.

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El Govern balear prefiere que el nuevo centro residencial para personas dependientes que pretende empezar a construir en 2018 en Menorca se ubique en Maó. Es su propuesta inicial, pero no da nada por cerrado ni definitivo, después de que el Ayuntamiento de Es Castell planteara tres posibles emplazamientos en su municipio para este servicio.

Desde la Conselleria de Servicios Sociales y Cooperación argumentan que se trata de una infraestructura de carácter insular, por lo que estiman como más adecuado que se levante en Maó, puesto que Ciutadella cuenta ya con el centro de Santa Rita. Cabe recordar que la propuesta de partida del Govern es que el nuevo centro sea de nueva planta, con capacidad para unas 120 personas.

No obstante, esta opción no es la que más gusta ni al Consell ni al Ayuntamiento de Maó, que, como manifestó el fin de semana la alcaldesa Conxa Juanola, está convencido de que el nuevo centro residencial sociosanitario debe acomodarse en el antiguo hospital Verge del Toro, más aún cuando los informes técnicos establecen, siempre según la Conselleria, que su estructura goza de buena salud.

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La propuesta tiene todavía mucho por andar. Hoy mismo se reúnen en Palma los distintos grupos parlamentarios para ser informados sobre los detalles de las recientes iniciativas formuladas por el Govern en relación a centros donde prestar servicios de atención a las personas mayores y dependientes (Son Dureta, Verge del Toro, Can Misses, inversiones de nueva planta...). Todos los partícipes, incluído el Govern, tienen claro y asumido que no hay consenso de partida, que habrá que trabajar para encajar en una fórmula aún por concretar los intereses de unos y otros. La reunión formal al respecto está prevista para finales de marzo, dentro de un mes, pero hoy se fijarán las posiciones de partida para buscar el acuerdo.

En la rueda de prensa de presentación del proyecto de reforma de Son Dureta, la consellera autonómica de Servicios Sociales, Fina Santiago, insistió ayer en el inconveniente que supone el carácter vertical del hospital Verge del Toro a la hora de dotarlo de un uso residencial: «Se imaginen a las personas alojadas en la sexta planta, bajando dos o tres veces al día hasta el comedor», explicó.

Tampoco su uso residencial, como geriátrico, es compatible con la actual calificación urbanística del edificio, que solo admite el sanitario o para convalecientes que no se pueden valer.