La carpa, desmontada, en un almacén de Sa Granja donde lleva así 16 meses | Javier Coll

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Si fuera un coche en venta, sería lo que se conoce como un «kilómetro cero». La carpa desmontable de 600 metros cuadrados que en la primavera de 2014 compró la asociación Leader, y que se estrenó en mayo de ese mismo año con motivo de la Fira del Cavall, se guardó y desde entonces no se ha vuelto a utilizar. Permanece plegada en un almacén de Sa Granja a la espera de que alguien se interese por usarla y esté dispuesto a montarla. El quid de la cuestión.

La carpa costó 52.140 euros, financiados por la Unión Europea (la mayor parte), el Gobierno, el Govern y el Consell, que aportó un 10 por ciento de este dinero. Es lo que se conoce como un proyecto propio de la asociación Leader, es decir, no se subvenciona una iniciativa ajena sino que se toma la iniciativa tras detectar una carencia, una necesidad. Al mismo tiempo que la carpa se adquirieron 84 boxes para caballos (por unos 80.000 euros), que han tenido mejor aceptación.

El director insular de Medio Rural y Marino, Miquel Truyol, comenta que uno de los principales problemas para la utilización de la carpa es que las entidades o administraciones interesadas en hacerlo deben asumir el coste y el trabajo de montarla. Las dimensiones del pabellón desmontable hacen que se requiera alquilar un vehículo industrial, incluso una grúa, para su transporte y montaje, así como disponer de una brigada de trabajadores. De esto se hace cargo quien la utiliza, no la Leader. Como mínimo, el coste de estas tareas supone unos 250 euros, a los que hay que sumar la complejidad de contratar una empresa que lo haga, y que lo sepa hacer. Y luego desmontarla y guardarla.

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