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Águeda Reynés (PP), alcaldesa de Maó, no se disculpó ni pidió perdón en el pleno de ayer por su actitud ante los expedientes abiertos por la Conselleria de Educación a los tres directores de los institutos de Maó. Defendió las gestiones que realizó respecto al asunto y aseguró que su interés por el tema fue constante. Su respuesta no convenció a la docena de representantes de la comunidad educativa que estaban en la sala, que le aplaudieron irónicamente.

Como en intervenciones anteriores sobre el asunto, Reynés recordó que no es un tema en el que sea competente el Consistorio, pero que se reunió con todas las partes y se dirigió, por escrito y teléfono, a la Conselleria en numerosas ocasiones para procurar que se cerrara cuanto antes. «Lamento que se haya tardado tanto», «se han resuelto con excesiva demora» y «no estoy contenta con el resultado» fueron sus únicas afirmaciones con cierto tono crítico, a pesar de que, matizó, «he hecho todo lo que está en mi mano».

Tras afirmar que los expedientes son algo que le puede ocurrir a un funcionario, Reynés pasó al contragolpe para acusar al portavoz de la oposición, Vicenç Tur (PSOE), de tener la «única deria de utilizar a los directores para hacer una campaña de desgaste político» y sacar a relucir aquel expediente que como alcalde abrió Tur al interventor Manuel Velarte, al que luego la justicia dio la razón por lo que fue indemnizado.

Tur fue contundente. El concejal socialista reiteró que la alcaldesa «no hizo nada» en cada una de las oportunidades que tuvo, «no ha dado la cara».

«Nos dijo que pedía celeridad, pero o formaba parte de una gran mentira o su capacidad es nula, porque no tuvo ningún efecto». Y siguió incrementando la dureza del tono, «el Ayuntamiento le queda grande, señora Reynés, porque no ha ejercido su primera responsabilidad que es defender los intereses de sus ciudadanos». Incluso le aseguró que «usted debería haberse encadenado ante la Conselleria hasta que retiraran los expedientes».