Un hombre vende fruta fresca a los turistas, ayer en la playa de Cala en Turqueta | Gemma Andreu

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Agentes del Servicio de Costas y Medio Ambiente (SECOM) de la Policía Local de Ciutadella intervinieron el pasado domingo en Cala en Turqueta a raíz de una pelea entre una banda de personas de nacionalidad rumana y otra de etnia gitana que querían hacerse con el control de la venta ambulante de la playa. Los agentes fueron avisados por este último grupo de que los rumanos, cargados con palos, se enzarzaron en una pelea. Al final no se registraron heridos, pero al llegar la policía los rumanos ya habían huido. Los agentes igualmente identificaron a cinco personas de etnia gitana por realizar esta actividad ilegal y les decomisaron todos sus productos.

Este último incidente pone de relieve que la venta ilegal de artículos en las playas, tanto vírgenes como urbanas, no ha dejado de cesar. En lo que llevamos de temporada, el SECOM ha realizado 14 decomisos en las playas de Ciutadella, principalmente por la comercialización de fruta fresca. En total, desde entonces se han intervenido 268 piezas de fruta que posteriormente han sido entregadas a la Cruz Roja.

«No es que solo se ha notado un repunte de la venta ilegal, sino que además se ha profesionalizado», comenta Manuel Alonso Fijo, presidente de la Asociación de Empresas Concesionarias Marítimas (ConceMenorca). «Ahora están más organizados: cuando viene la policía se avisan por teléfono y desaparecen rápidamente, y cuando se marchan vuelven a aparecer. Son bandas que se pelean o pactan el control de las zonas de las playas para poder actuar», afirma el presidente.

De hecho, lo mismo confirman fuentes policiales de Ciutadella, al mismo tiempo que señalan que los vendedores ambulantes actúan en grupos. Normalmente transportan los productos que venden a los turistas en furgonetas, e incluso, como se detectó el año pasado, esconden sus artículos en 'zulos' situados cerca de las playas.

Por otro lado, según explica el presidente de ConceMenorca, su actividad no solo se trata de la comercialización de fruta fresca, sino también de «bebidas, gafas e incluso fotografías que realizan a los bañistas y luego entregan una tarjeta con los datos para ir a comprarlas».

En Ciutadella, la ordenanza municipal que regula el uso y aprovechamiento de las playas tipifica como grave la venta ambulante y contempla sanciones económicas que van entre 751 y 1.500 euros.