Los ecologistas creen que el movimiento de los barcos no puede haber hecho disminuir la contaminación | J.O.S.

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Los cambios introducidos por la Autoridad Portuaria de Balears (APB) en el proyecto de dragado del puerto de Maó no son suficientes para Oceana. La organización ecologista internacional dirigida por Xavier Pastor mantiene su rechazo frontal a pesar de acercamiento de posturas intentando por el ente portuario, que finalmente ha accedido a no verter al mar los lodos con mayor concentración de contaminantes.

Según reveló ayer Oceana en un comunicado, el nuevo proyecto de la APB solo evitará el vertido a una milla náutica de Sant Lluís del 12 por ciento del fango extraído, que será trasladado al vertedero de Es Milà. El 88 por ciento seguirá el camino previsto inicialmente, lo que para los ecologistas «no representa una solución al problema teniendo en cuenta los resultados de contaminación por mercurio en el pescado de Menorca».

Errores y rarezas
La organización, que estuvo presente en la reunión organizada la semana pasada por la APB en el puerto de Maó, denunció ayer que, en base a los últimos análisis de los materiales a dragar (de octubre de 2013) el total de muestras presentaban un nivel de mercurio de 1,07 miligramos por kilogramo: «Con ese resultado, tres de los cinco estudios alternativos al usado por la APB y consultados por Oceana consideran que no se debería verter al mar». Ello -ahondaron los ecologistas - «demuestra que esos materiales contienen un nivel de contaminación por mercurio considerable».

El director ejecutivo de Oceana Europa, Xavier Pastor, alertó no obstante de que «nos resulta incomprensible cómo el nivel de mercurio ha pasado de 2,28 mg./kg. en 2011 a 1,07 mg./kg. en 2013. Aunque fuese cierto que, como asegura la APB, los materiales se hubiesen podido desplazar de lugar por la acción de las hélices de los barcos, la contaminación no puede haber desaparecido».

Los ecologistas denuncian errores en los últimos análisis, que no les cuadran con los mapas existentes de las áreas más contaminadas. Asimismo, temen que aumente la contaminación existente en algunas especies comerciales y lanzan un mensaje a los pescadores menorquines: «No deben equivocarse, no son los informes de Oceana los que les perjudican, sino la actividad de aquellos que contaminan el medio ambiente».