La alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, reconoció ayer en el pleno que «se han detectado errores» en el proceso de asignación de las subvenciones a entidades correspondientes a este año. Se mostró dispuesta a hacer autocrítica y a modificar los criterios de baremación si se estima oportuno para evitar unas situaciones anómalas que, según dijo en sesión plenaria, son atribuibles al hecho de que sea el primer año en que se ha optado por este sistema.
Desde el equipo de gobierno municipal reconocen que ha habido diferencias en el proceso en función de las comisiones, e incluso que determinadas entidades han salido peor paradas que otras. Reynés admite que se estudiará el modo de destinar partidas especiales para colectivos que, por ejemplo, se han quedado fuera del reparto por cuestiones formales y actuaciones para ayudar a asociaciones, como Joventuts Musicals o el Orfeón Mahonés, cuya subvención se ha visto muy reducida respecto a años anteriores.
Será precisamente cuando reciban el feedback de estas entidades cuando los integrantes del equipo de gobierno valorarán el proceso y concretarán los cambios a introducir en la baremación de cara al año que viene. Aún así, la alcaldesa defendió la bonanza del sistema y su absoluta transparencia.
Desde el PSOE tienen claro donde está el fallo en un proceso que su portavoz Vicenç Tur calificó en rueda de prensa como «caos y descontrol muy grande, en el que ha faltado la transparencia y ha incrementado la sensación de inseguridad de las entidades».
Para los socialistas el error principal ha sido establecer un mínimo de puntos muy alto para entrar en el reparto (35) y luego asignar una cantidad de dinero por punto, lo que significó que colectivos con proyectos pequeños, a los que se hizo entrar en la distribución, recibieran todo lo que habían pedido y las asociaciones más activas, con más gastos, hayan visto severamente recortada la cantidad que recibirán desde el Consistorio.
Para Tur se establecen así seis tipos de subvenciones: las del proceso para asignar la partida de 70.000 euros, las excepcionales a las excluídas, el pago de facturas, las nominativas, los convenios que vendrán con algunos colectivos perjudicados y «los caprichos», en el que incluyó los gastos por el concierto de Pablo Alborán.
El PSOE propone volver a las subvenciones nominativas, claras y transparentes, decididas en función de las negociaciones con cada una de las entidades y de su actividad programada.
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