La implantación de las energías renovables en la Isla es muy baja, casi testimonial, sobre todo si se compara con su entorno. Un estudio del OBSAM recientemente publicado estima que solo un 2 por ciento de la energía consumida en la Isla procede de este tipo de generación, básicamente los molinos del parque de Milà y las plantas fotovoltaicas, dos, existentes en Menorca. Esta cifra está muy por debajo de los porcentajes que se manejan en el resto de España, por encima del 12 por ciento, y de los objetivos fijados para el futuro en el programa europeo Horizonte 2020, que se sitúan en el 20 por ciento.
Ante esto, la Reforma Energética aprobada el pasado día 12 por el Gobierno central no parece, a falta de conocer más detalles sobre su desarrollo vía decretos, que vaya a ayudar demasiado a que esta situación revierta. Más bien todo lo contrario, al menos a corto plazo. Y es que la nueva normativa supone un grave perjuicio para las plantas fotovoltaicas que hay en la Isla, Binisafúller y Son Salomó, al cambiar el sistema de retribución en este ámbito. También el balance económico de los molinos del parque de Es Milà se podría ver resentido.
Desaparece el sistema de primas a la producción para las instalaciones que producen energías renovables y se establece un complemento a los costes de inversión que garantice un 7,5 por ciento de rentabilidad durante la vida útil de la instalación, a tenor de unos complejos parámetros técnicos. Rafael Muñoz, ingeniero especializado en este ámbito y cabeza visible del colectivo Som Energia, asegura que este cambio "es una trampa", por lo que no esconde que "a las fotovoltaicas les hará mucho daño". La trampa radica en que muchos de los costes que tiene una planta fotovoltaica, como los financieros o los sobrevenidos de transporte por el hecho insular, no se computan a la hora de calcular esta rentabilidad, por lo que el 7,5 por ciento de rentabilidad siempre acabará siendo un porcentaje menor.
En peligro
Desde la Asociación de Productores de Energías Renovables de Menorca (APERM) son incluso más contundentes y vaticinan serias dificultades para que las plantas fotovoltaicas de la Isla puedan incluso subsistir. A falta de conocer los detalles, desde este colectivo hablan del cambio aprobado por el Gobierno central con adjetivos como "desastroso", "gravísimo" o "terrorífico".
Un caso especialmente complicado es la planta fotovoltaica de Son Salomó que, de no cambiar radicalmente lo anunciado, se verá abocada al concurso de acreedores. De hecho los responsables de la instalación ya anunciaron en 2011 que estaban al borde del cierre, después de que se limitara la cantidad de energía que se primaba a cada empresa productora de energías renovables. La actividad en Son Salomó se ha mantenido gracias a equilibrios financieros, pero no dejar de estar "muy tocada", por lo que la nueva normativa, la Reforma Energética, les aboca, según cometan desde APERM, ineludiblemente a tomar medidas drásticas. Y eso a pesar de que son la planta más eficiente de España, algo que, curiosamente, les ha acabado perjudicando en virtud de las citadas limitaciones en la producción que es objeto de primas.
En el sector impera el pesimismo, porque desde APERM comentan que la Reforma Energética convierte las plantas fotovoltaicas de la Isla en "inviables, cuando prácticamente ya lo son". El caso de Binissafúller, apuntan, puede ser algo menos traumático, pero no menos doloroso. Desde Som Energia coinciden con este dictamen y estiman que las fotovoltaicas "pueden tener problemas".
Insularidad, la esperanza
Rafael Muñoz señala que una puerta abierta a la esperanza puede ser el hecho de que la Reforma Energética reconozca la posibilidad de adoptar medidas específicas para compensar la insularidad en Balears y Canarias, en concreto "la baja penetración que en estos territorios tienen las renovables". Además el Gobierno tiene en cuenta, según consta en el documento de presentación de la reforma, que en los archipiélagos la energía eólica y fotovoltaica "son más baratas que la generación convencional". Aún así, como en muchos otros aspectos, la normativa está a expensas de su mayor desarrollo. "Quedamos a la espera, pendientes de que se acabe de definir la retribución en los territorios extrapeninsulares". Desde APERM, sin embargo, confían poco o nada en este trato especial a las Islas. "Al final no se hará nada", sentencian desencantados tras haber realizado varias consultas con compañeros de Canarias.
En cuanto a los molinos del parque de Es Milà, Rafael Muñoz explica (también es su responsable como trabajador del Consell) que se está pendiente, con cierta preocupación, del desarrollo de la Reforma Energética ya que desaparecen algunos de los complementos a ingresar a los que el parque podría aspirar, en un contexto en el que se limitan las retribuciones por la energía producida y continúan subiendo los costes. En este caso, también se está a la espera del modo en que se compensara desde el Gobierno el hecho insular. Muñoz explica que los parques eólicos difícilmente pueden ser rentables en la Isla más allá de la normativa existente, lo que supone el principal motivo de su no proliferación en la Isla.
A pesar de todas estas complicaciones en el entorno de las energías renovables, desde Som Energia en Menorca están estudiando diversos proyectos de inversión en la Isla con el objetivo de facilitarles su apoyo. De momento, prefieren no avanzar más datos.
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