Oficina. El gestor financiero abrió una Sede en Ciutadella, cerca de la Rotonda des Cavall, hace algo más de medio año, y consiguió la confianza de decenas de inversores - Cris

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Lo que se vendía como una inversión de una gran rentabilidad puede acabar siendo un problema de grandes dimensiones para un centenar de ciudadanos menorquines que confiaron sus ahorros a un empresario que les prometía intereses desorbitados. A día de hoy, varias de estas personas han puesto su situación en manos de abogados, puesto que la firma en la que habían confiado para gestionar y hacer crecer sus ahorros ha dejado de pagar y no ofrece ninguna garantía de hacerlo.

Algunos letrados ya han remitido requerimientos certificados al empresario para que pague lo acordado a sus clientes, e incluso hay quien ya se plantea enviar a un notario para que certifique que el gestor no cumple su parte de los contratos que firmó con algo más de un centenar de personas.

Este empresario se afincó en Ciutadella, en un local ubicado cerca de la Rotonda des Cavall. Allí empezó a dar a conocer sus productos. La oferta no podía ser más tentadora. Invirtiendo un mínimo de 10.000 euros, el empresario aseguraba pagar semanalmente unos intereses del 10 por ciento. Es decir, 1.000 euros por semana. Cuando acabara el plazo del contrato, generalmente tres meses, el empresario devolvía al cliente toda la cantidad invertida inicialmente, con lo que la ganancia de quien había decidido invertir era muy cuantiosa.

Según cuentan varias personas conocedoras del caso, durante las primeras semanas el empresario cumplía con su compromiso, e iba pagando los beneficios prometidos. Así conseguía la confianza de sus clientes, quienes en muchos casos o decidían invertir más dinero, o dejarlo en manos del empresario durante más tiempo. El problema llega cuando deja de pagar los intereses, y los inversores empiezan a temer que sus ahorros estén en peligro.

Los abogados consultados por este periódico advierten que a día de hoy no puede hablarse de estafa, porque existe un contrato firmado y consentido por parte de los clientes y, por tanto, no ha habido engaño por parte del empresario. Lo máximo de lo que puede hablarse de momento es de un impago, un tema que se debe gestionar por la vía civil y no la penal. Lo que sí ha podido saber el "Menorca" es que varios de los afectados habían aportado cantidades muy importantes de dinero a este empresario, en algunos casos superiores a los 100.000 euros.

FUERA DE COBERTURA
Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el empresario, pero ha sido imposible. El teléfono móvil que figura en el cartel que preside la oficina que tiene en la Avinguda Palma de Mallorca de Ciutadella permaneció durante todo el día de ayer apagado o fuera de cobertura. Fuentes cercanas al caso aseguran que durante las últimas semanas, el empresario ha ido dando a sus clientes diferentes explicaciones para justificar el retraso en el pago de los intereses, algunas de ellas, explican las fuentes, "parecen sacadas de una película". Todo apunta a que algunos de los afectados se reunirán en los próximos días para intentar pactar una estrategia común ante los impagos de este gestor financiero.