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El estallido de la crisis económica en 2008 conllevó todo tipo de augurios más o menos fatalistas. Muchos de ellos se han cumplido, por desgracia, aunque algunos otros continúan desafiando la lógica más mundana. Y es que desde que los problemas empezaron y empezó a escasear el trabajo la población de la Isla ha continuado aumentado.

Según el padrón anual que elabora el Gobierno central, entre 2008 y 2012 la población de Menorca ha crecido un 2,96 por ciento, pasando de los 92.434 habitantes censados en los ayuntamientos de la Isla el 1 de enero de 2008 a los 95.178 de hace casi doce meses. El ritmo de crecimiento ha ido en retroceso, ya que en el último año contabilizado, entre 2011 y 2012, el incremento demográfico se quedó en las tres décimas porcentuales.

Como sucede con los indicativos económicos, el nivel de crecimiento demográfico en Menorca ha sido menor que en el resto de las Islas. Así las cosas, la Isla se apareja con Mallorca, en cuanto que en los últimos cuatro años el incremento demográfico de la mayor de las islas del Archipiélago ha visto aumentar el número de censados en un 3,5 por ciento, quedándose entre 2011 y 2012 en las mismas tres décimas que Menorca.

Ostensiblemente más importante es el incremento demográfico en las Pitiuses, en consonancia también con la evolución de los indicadores económicos que registran Eivissa y Formentera durante la crisis económica. Si bien en el último año el número de habitantes en Eivissa ha aumentado un 2,1 por ciento, en el conjunto del periodo negro de la economía europea, y española en particular, el incremento demográfico ha rondado los dos guarismos, situándose en el 9,8 por ciento. En Formentera, donde los porcentajes se ven condicionados por el corto censo, el aumento ha sido del 17,6 por ciento en los últimos cuatro años y del 3,7 por ciento entre 2011 y 2012.

El presunto éxodo de inmigrantes que regresan y de nuevos inmigrantes en sentido contrario aún no se refleja en el censo.