El 52 por ciento de los turismos que circulan por las carreteras en el archipiélago balear -alrededor de 338.811 coches- podrán acogerse al recién estrenado Plan PIVE por superar los doce años de antigüedad, según estimaciones de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM) a partir de datos de Audatex. En el conjunto de España este programa de incentivos alcanzará al 36 por ciento de los coches.
Desde Ganvam defienden la eficacia del Plan para estimular una demanda retraida por la incertidumbre económica, ya que miles de conductores que retrasaban su cambio de coche lo harán ahora impusados por el PIVE, demostrando que, además del incentivo pecuniario, este tipo de programas representan sobre todo un incentivo psicológico para devolver la confianza al consumidor.
Los vendedores recuerdan que la ayuda directa de 2.000 euros por coche que contempla el PIVE, es acumulable a los propios descuentos de marcas y concesionarios, que ante la dura perspectiva de un mercado por debajo de las 700.000 unidades han ampliado sus esfuerzos promocionales para impulsar las ventas. En la actualidad, los descuentos medios pueden alcanzar fácilmente los 5.000 euros por vehículo.
Ganvam cree que estas promociones históricas para impulsar las ventas de nuevos impactarán directamente en el precio de los vehículos usados que bajarán aún más para resultar competitivos frente a los nuevos y seminuevos de un año que, con el PIVE, se beneficiarán también de unas ayudas de 2.000 euros.
Según su presidente, Juan Antonio Sánchez Torres, "el que haga cuentas ahora verá que hoy es el mejor momento de comprar un coche, ya que aunque el plan estará en marcha hasta marzo del año que viene, su vigencia real vendrá determinada por el tiempo que duren las ayudas y es probable que vuelen, a sabiendas de que la dotación es menor que en programas anteriores pero también más necesaria que nunca".
Finalmente, Ganvam recuerda que el PIVE actuará como elemento dinamizador del empleo en Balears, ya que permitirá suavizar la pérdida de tejido empresarial dentro de la red de distribución, donde para 2012 estaba previsto el cierre de más de una docena de empresas y la destrucción de un centenar de puestos de trabajo. Desde que estallara la crisis han desaparecido más de 1.200 empleos y alrededor de 80 pymes entre los concesionarios y compraventas de la región.
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