Las cofradías de Menorca han registrado este verano un descenso en el número de ventas y capturas de langosta respecto a 2011 que se sitúa sobre el 20 por ciento, cifra que amenaza con dejar muy tocado al sector. Los pescadores de la Isla, que han tenido que asumir una importante subida del combustible, también han notado una notable caída en el precio al que se negocia el género, por lo que pronostican una temporada de invierno "muy dura". Además, también se han desplomado las ventas de pescado en general más allá del 10 por ciento debido a la "competencia del exterior y a la crisis del consumo", según las asociaciones.
Hay menos langosta, se vende más barata y tiene un elevado coste de producción. Es la evaluación que hacen los propietarios de barcas de Menorca, que hablan de una temporada estival corta y con peores cifras que el año pasado. Sin ir más lejos, en Fornells las capturas han caído "sobre el 25 y el 30 por ciento" en relación a 2011, explica Aleix Riera, presidente de la cofradía. "Hace 20 días que se coge muy poca. A nosotros la bajada en ventas no nos afecta porque cada uno negocia de forma particular con los restaurantes y se vende todo a principios de verano, pero el precio ya se bajó 3 euros. Está sobre 60 y 65 euros. Pero sí que nos afecta la subida del gasoil y las medidas que se adoptan desde las instituciones, que hacen que tengamos que gastar más en todo".
Riera augura una temporada de invierno "muy difícil" porque muchos barcos no van a poder asumir los gastos: "En un par de semanas vamos a empezar a tener problemas. En dos meses el gasoil ha subido como 10 céntimos y los mercados en la Isla se han venido abajo. Va a ser muy duro", expone.
El discurso es similar en Maó. El descenso en las ventas se cifra entre un 10 y un 15 por ciento y la langosta se oferta sobre los 68 euros el kilo. "Menorca está KO", resume Josep Quintana, presidente de la cofradía de pescadores. "A partir del 15 de septiembre habrá un bajón y no sé cómo vamos a sacar el género. Hemos tenido que vender más barato y sólo hemos tenido cuatro o cinco semanas buenas; además, el gasto del gasoil se ha multiplicado".
La bajada del consumo de langosta, marisco y pescado en restaurantes y mercados y la llegada de barcos de otros destinos complica mucho la salida para el producto de Menorca, según las cooperativas: "La gente gasta menos y hay más competencia", dice Quintana. "Los restaurantes sólo compran lo que necesitan y ahora está llegando género en barcos semi refrigerados de Mauritania o Irlanda y nos hace mucho daño. El panorama es muy complicado".
Tampoco andan mejor en Ciutadella, con una caída en el número de capturas situada entre el 15 y el 20 por ciento. A pesar de que cada barca hace un trato de forma individualizada, el valor de la langosta está entre los 50 y 60 euros. "Hay menos demanda, menos facturación y el precio del combustible ha subido mucho", argumenta Josep Caules, presidente de la cofradía de Ponent. "Vendemos un 17 por ciento de langosta menos que en 2011, a pesar de que el pescado no ha bajado tanto las ventas gracias a la dorada, la lubina o el salmón. Es evidente que el consumo ha bajado y la gente compra más pescado envasado y etiquetado. También influye que el mercado se haya liberalizado y que tengamos más competencia directa. Eso incide en la pesca local".
Las tres cofradías de Menorca alertan que la subida del IVA que se aplicará a partir de septiembre puede tener un efecto devastador sobre la economía de los pescadores porque "con la coyuntura económica actual eso propiciará que se prescinda de personal. Es una medida contradictoria porque frenará el consumo y nos afectará de forma directa", afirman. En Fornells, por ejemplo "ya hemos comprado las redes antes de que se aplique el impuesto", desvela Riera. También entienden que existe un cambio de hábitos porque "antes la gente iba a comprar pescado al mercado y ahora lo tienen en el congelador".
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