Hace unos meses, todos los partidos políticos daban por supuesto que sería el Govern balear quien pagaría el sobrecoste de las obras de reforma de Can Saura, en Ciutadella. Nadie lo decía en voz alta, porque creían que ni hacía falta decirlo, pero hace unas semanas el Govern, tal como informó este periódico, sorprendió a muchos al asegurar que no se haría cargo de este sobrecoste, y que debía ser el Ayuntamiento quien asumiera los 270.000 euros de más que costaron las obras. Ahora, el guión ha vuelto a variar, y parece que Govern y Consistorio deberán dividirse este sobrecoste.
Así se desprende de la reunión que ayer mantuvieron la concejal de Cultura de Ciutadella, Auxiliadora Pons, y la directora general de Arquitectura del Govern balear, María José Marco. La responsable autonómica dejó claro de entrada que el Govern entendía que no tenía ninguna necesidad de colaborar en el pago del sobrecoste. Así, fuentes del Govern aseguraron a este periódico que "los informes técnicos de los que disponemos demuestran que la responsabilidad es del Consistorio, pero a pesar de que no nos corresponde, existe un problema y estamos dispuestos a participar para desencallar este tema". La "participación" del Govern se traduce, de momento, en el pago de la mitad del sobrecoste, aunque la cantidad no está cerrada.
El Govern entiende que la responsabilidad del sobrecoste es del Ayuntamiento porque, al ser el promotor de las obras, no realizó un control suficientemente riguroso de las mismas. Así, algunas fuentes apuntan a que durante una época de la intervención en Can Saura el Consistorio no tenía ningún técnico encargado de supervisar las actuaciones.
La concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ciutadella admite que "a mí me hubiera gustado que el Govern asumiera la totalidad del sobrecoste, pero tras esta reunión esta opción está prácticamente descartada". Pons explica que "nosotros creemos que el sobrecoste corresponde al Govern, puesto que el encarecimiento de las obras es una consecuencia de las constantes modificaciones del proyecto que realizaba el director de obras, contratado por el Govern balear". A pesar de esta explicación, Pons ya está pensando en cómo hacer frente a un pago con el que el Consistorio no contaba, y que no solamente supondrá desembolsar la mitad del sobrecoste, sino que de entrada, el Ayuntamiento deberá poner de su bolsillo la totalidad de los 270.000 euros. En cuanto lo haya hecho y disponga de las certificaciones que así lo demuestren, será la hora de remitir estos documentos al Govern balear para que esta administración, mediante un convenio o una subvención nominativa, aporte su parte.
Por ahora, el primer paso que debe dar el Ayuntamiento es recepcionar las obras de Can Saura. En este sentido, cabe recordar que existe un grave problema entre las empresas que han participado en la obra, y que los pequeños industriales que han participado en la misma llevan mucho tiempo sin cobrar. Por eso, desde el Consistorio admiten que, a pesar de que los técnicos recomiendan la recepción de las obras, existen dudas sobre qué va a pasar si dan este paso. El miedo radica en que los industriales, algunos de los cuales llevan años sin cobrar su trabajo, no firmen las certificaciones de final de obra, y entonces el Consistorio se encuentre por un lado que recepcione la obra de manos de las constructoras, pero no disponga de los finales de obra de los industriales y por lo tanto, no pueda avalar ante el Govern el sobrecoste y por tanto el Ejecutivo no pague.
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