En las nóminas de este mes de enero -las que los trabajadores firmarán el próximo 1 de febrero-, se notará ya el efecto de la anunciada subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Las denominadas 'rentas cautivas', asalariados, funcionarios y pensionistas, sufrirán el primer embate del paquete de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público, incluidas en el Real Decreto Ley 20/2011, de 30 de diciembre.
La subida temporal, durante los ejercicios 2012 y 2013, del Impuesto sobre la Renta afectará a los ingresos por las rentas del trabajo y las actividades profesionales, así como a las rentas del ahorro, cuyo gravamen también se verá aumentado. En ambos casos el incremento será proporcional al nivel de ingresos, con un escalado del 0,75 al 7 por ciento, en el caso de las rentas del trabajo, y del 2 al 6 por ciento en las del ahorro.
Pero antes de que llegue el momento de hacer la declaración del IRPF, los trabajadores verán mermados sus sueldos debido a que se ajustarán las retenciones a cuenta que los empresarios aplican al confeccionar las nóminas mensuales. La retención es dinero que la Agencia Tributaria detrae de los salarios, a través de las empresas, como anticipo al pago de la cuota del impuesto, y en su cálculo influye la situación personal de cada trabajador, así como el tipo de contrato.
Contribución
El Real Decreto Ley modifica hasta seis figuras impositivas, pero las que más repercusión social tienen son las relativas al Impuesto sobre la Renta, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). La contribución urbana subirá este año un 4, un 6 y hasta un 10 por ciento, dependiendo de si los inmuebles fueron objeto de revisión catastral entre 2008 y 2011, 2002 y 2004, o antes del año 2002 respectivamente.
Dicha subida del IBI también será transitoria, para los periodos impositivos 2012 y 2013, y se aplicará a la totalidad de los inmuebles, si la revisión de los valores catastrales se efectuó antes de 2002, y a la mitad de inmuebles con mayo valor catastral del municipio, en el caso de que la revisión sea posterior al 2002.
Otras modificaciones tributarias son "positivas", según expertos consultados, como son la recuperación de la deducción en la declaración de IRPF por vivienda habitual, que se había eliminado con la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2010. Las mismas fuentes consideran que, pese al aumento de la presión fiscal, éste es más positivo que una subida del IVA. "El IRPF tiene un carácter más individualizado, según la base imponible, y si se subiera el IVA, afectaría a todos los ciudadanos por igual".
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