El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó está harto de excusas y retrasos de las entidades implicadas a la hora de abordar el proyecto del ascensor del puerto y les dará un ultimátum para que la instalación esté operativa en junio. La alcaldesa, Águeda Reynés, y la concejal de Urbanismo, Analía Noval, se reunirá mañana viernes con responsables de Autoridad Portuaria de Balears, Trapsa y Endesa para abordar este asunto.
Desde que hace meces finalizaron los trabajos de consolidación del cantil -tras el impulso dado al proyecto por el anterior equipo de gobierno-, la iniciativa permanece encallada por culpa del transformador emplazado en la parcela donde se instalará el elevador y que suministra energía a los pantalanes de Trapsa. El Consistorio se muestra firme y quiere que cada una de las entidades implicadas asuman definitivamente su responsabilidad.
La reubicación del transformador es básica para comenzar los trabajos de instalación del ascensor, pero Endesa y Trapsa no se ponen de acuerdo a la hora de asumir costes. Por su parte, fuentes del grupo gallego COMAR, promotor de la instalación en virtud de un acuerdo urbanístico firmado en 1999 con el Ayuntamiento de Maó, afirmaron ayer de forma escueta que en esta materia "se trabaja conjuntamente con la Administración". En este sentido cabe decir que, según fuentes municipales, la promotora ya ha seleccionado a la empresa que finalmente ejecutará los trabajos, lo que evidencia que el problema del transformador es el mayor lastre del proyecto.
El proyecto constructivo de esta zona del puerto de Maó asciende a unos 500.000 euros; 200.000 ya se han destinado a financiar la consolidación del cantil sufragados por el Consorcio del Acantilado (Consell y Govern) y los 300.000 euros restantes que se deberán invertir en la construcción del ascensor y una escalera accesoria.
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