Diez personas participaron durante la mañana de ayer en una jornada de limpieza de material arqueológico organizada por el Museu de Menorca. Los asistentes se dedicaron a limpiar con un cepillo y agua los restos hallados en las excavaciones que se llevaron a cabo en la Torre d'en Galmés durante los meses de julio y agosto, concretamente cerámica, piedra y hueso.
"Es un manera de dar a conocer parte del trabajo de laboratorio que se desarrolla tras el hallazgo ya que, posteriormente, hay una larga labor de clasificación, publicación, realización de informes, entre otros, y que es algo desconocida", comenta el arqueólogo Quim Pons.
Pons es, junto a Carmen Lara, Toni Ferrer e Irene Riudavets, quien guía a los participantes a la hora de manipular las piezas. "Solo con mirar el trozo de cerámica ya se puede saber la procedencia y cronología. Hay que ver la forma, el material... Estos restos están bastante desgastados y proceden del patio de una de las casas del yacimiento. Pensamos que pueden ser del siglo I o II a.C. Ahora tenemos que identificarlos y hacer las fichas", dice Pons.
Algunos de los asistentes, como Toni, Marga o Luís, son aficionados a la arqueología y ya han asistido a algunas excavaciones para realizar distintas labores. "Es una buena manera de aprender. Me gusta ir de excursión y veo mucha cerámica, así puedo saber algo más sobre ella. También es una buena forma de conocer gente", dice uno de ellos.
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