Exhibición. Unos 200 coches de 17 marcas se exponen este fin de semana en el Recinto Ferial de Maó - Javier

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La XX Feria del Automóvil arranca motores y se pone rumbo a la esperanza, rumbo a la recuperación económica del sector. FERIAME abrió ayer sus puertas con un objetivo claro, el de ofrecer el empuje que necesitan los concesionarios para sanear unas ventas que este octubre cayeron un 36,6 por ciento.

La cita llega reforzada y con buenas vibraciones para los 12 concesionarios de la Isla que han decidido ponerse en el escaparate de la innovación para ofrecer al público un paseo entre la elegancia y el glamour. Están representadas en el recinto ferial de Maó 17 marcas automovilísticas con un total de 200 coches. Los más curiosos en conocer las novedades podrán pasearse entre ruedas y volantes hasta mañana de 10 a 21 horas.

A paso lento, casi al ralentí se movía ayer el público por el pasillo central del recinto para no perderse detalle de las novedades que allí se presentaban, una ojeada a lado y lado hasta que, avistando su objetivo, daba un giro de dirección y ponía el freno. Y es que, ya fueran turismos, monovolúmenes o todoterrenos, todos relucían entre focos y brillanteces. Los políticos que ayer inauguraron el evento también aprovecharon la ocasión para dejarse llevar por la belleza de tan amplio surtido. "Éste me gusta para mí" pronunciaba la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, mientras se sentaba en un descapotable, o el director insular del Estado, Javier Tejero, quien observaba con admiración un modelo de gama alta.

Así las cosas, una numerosa representación política respaldó ayer la cita. La cinta protocolaria fue cortada por el presidente de la Asociación de Concesionarios del Automóvil de Menorca, Orestes Carreras; el presidente del Consell, Santiago Tadeo y la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, además de contar con la presencia del conseller de Administraciones Públicas del Govern, Simón Gornés, el director insular del Estado, Javier Tejero, y un sinfín de autoridades políticas y sociales de la Isla.

Orestes Carreras apuntó ayer que la feria "debería darnos el último empujón para llegar a fin de año". Para el presidente, las pérdidas en el número de ventas han sido preocupantes con una bajada de un 60 por ciento frente el 38 o 39 por ciento a nivel nacional. Aseguró que la duda que está sobrevolando el sector está en saber hacia dónde dirigir su política comercial para seguir siendo competitivos. "Hemos ajustado al máximo para ser operativos, por debajo de estas cifras dejaríamos de serlo". Y apuntó que "no sabemos qué pasará con los concesionarios, si el año que viene seremos los mismos, la mitad o habremos tenido que cambiar la fórmula de comercialización y seremos agentes de concesiones fuertes de la Península". Aún así, espera "afluencia de público" con un movimiento similar a los otros años con algo más de 2.500 visitas.