¿Cuándo comenzó a interesarse por el mundo de la danza?
Fue cuando tenía seis años, que me apuntaron a clases de ballet clásico. También he hecho gimnasia rítmica. Después lo dejé unos años aunque seguía bailando por mi cuenta. Con 16 años hice un taller de danza oriental que me encantó. Así fue el inicio ya que asistí a cursos en la Península y aquí hago todos los que puedo.
En 2006 montó una escuela de danza oriental. ¿Cuáles son sus actividades?
Aunque hacemos diferentes cosas, como yoga, flamenco o danza contemporánea, me encanta el estilo "tribal fusión", ya que te da una mayor libertad en cuanto a la expresión y la música. Lo descubrí por internet y es una rama de la danza oriental que mezcla la electrónica con el hindú o el hip hop. Tiene mucha aceptación entre mis alumnas.
¿Qué beneficios aporta la práctica de la danza oriental?
Tonifica toda la zona abdominal y tomas conciencia de tu cuerpo, te desbloquea. Llegas a ver que te puedes mover de muchas maneras que desconocías. Es un baile que ayuda a expresarse y las mujeres conectan con su feminidad. También hay un grupo de alumnas mayores que han visto lo útil que es para no sentir dolores. No hay edad para practicarlo.
¿Qué próximos proyectos tiene en mente para el curso que viene?
Tendremos cursos nuevos ya que ahora, en verano, sólo estoy yo dando clases. También vamos a repetir el espectáculo "Fauna" a principios de septiembre en la plaza de los Pinos de Ciutadella.
¿Ideas en mente que le hagan ilusión?
Me gustaría hacer una escapada pronto para realizar un curso de "tribal fusión", es bueno ir aprendiendo y formarse. También quisiera irme de viaje de relax a algún destino como México o la India.
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