"Las gafas se han convertido en un complemento de moda"

Llegó a Menorca hace nueve años. ¿Qué le trajo a la Isla?

Una ruptura sentimental. Después de aquello necesitaba un cambio, un paréntesis para saber qué hacer. Puse un anuncio en el Colegio de Ópticos y se pusieron en contacto conmigo desde Menorca. Si digo la verdad, me subí al avión pensando que iba a Mallorca, no sabía nada de esta isla. Cuando llegué me encantó, fue amor a primera vista. Además, conocí a la mujer de mi vida, con quien me casé y tengo dos hijos.

Es optometrista. ¿En qué consiste su trabajo diario?

Me preocupo por la salud visual de los ciudadanos, hago lo posible por que vean bien. Para ello realizo muchas tareas, desde graduar vistas a adaptar lentes. Lo que más me gusta es el trato con la clientela, aunque a veces puede venir una persona algo más complicada pero bueno, supongo que todo depende de en la manera que se le trate.

Mucha gente consideraba llevar gafas como algo de "patito feo". ¿Cómo ha evolucionado esta idea?

Ya no es así. Antes no se cambiaba tanto de gafas. Ahora, sin embargo, se han convertido en un complemento de moda y hay quien tiene diferentes modelo según sus rasgos faciales. La población se ha concienciado mucho respecto al cuidado de la vista y el mercado ha puesto a disposición de todos una amplia gama de estilos.

Dice que practica voleibol y tenis. ¿Era ya aficionado cuando vivía en Almería?

Si, he jugado al voleibol toda la vida, desde pequeño. El volei fue una de las razones por las que me quedé en la Isla porque fui a Ciutadella y conocí a un equipo en el que me integré muy bien. Hace dos años me lesioné y me apunté a tenis. Me encanta. A mí el deporte me engancha, no concibo la vida sin practicarlo. Aprendes más sobre las personas en una pista que en la universidad.

¿Proyectos que le hagan ilusión?

No tengo grandes proyectos ni a corto plazo. Lo único que deseo es que el trabajo siga yendo bien, estar tranquilo y disfrutar de mis hijos. Eso es lo más valioso, tener tiempo libre para ellos.