¿De que sirve fomentar el coche eléctrico si la electricidad que consume se produce en una central de gasoil? La pregunta apareció ayer en la web menorca.info a raíz de la información sobre el convenio firmado por el Consell y el Govern para la implantación de estos vehículos en la Isla en un plazo de cuatro años. Y no está exenta de una lógica aplastante. De hecho, los expertos consultados coinciden en que la utilización de los automóviles ajenos al combustible tradicional que pretende impulsar ahora la administración pública debe ir acompañada de un cambio radical en la producción de energía y el modelo de movilidad para que se consiga un impacto relevante en el medio ambiente.
De hecho, Rafael Muñoz, ingeniero técnico industrial y perfecto conocedor del tema, y Eduard Furró, ingeniero eléctrico y asesor técnico del GOB de Menorca, aseguran que la incidencia real en el medio ambiente de la implantación del coche eléctrico en Menorca con el sistema energético actual sería muy baja o prácticamente nula. La razón es que la electricidad que consumirían estos vehículos se está produciendo mediante unas centrales poco eficientes, especialmente en la Isla, que consumen combustible fósiles altamente contaminantes. Es decir, que con el coche eléctrico los humos no se erradicarían sino que cambiarían de sitio.
Furró asegura que "la sustitución del vehículo privado convencional por el eléctrico no aporta ninguna medida de ahorro de energía con el sistema actual" ya que "no supone más que un cambio tecnológico en la tracción de los automóviles, no conlleva un mejor rendimiento energético ni reduce la contaminación ambiental". Desde el GOB, Cristòfol Mascaró, apoya estas teorías, "hay una pequeña mejora en las emisiones, pero no compensa".
Furró se explica. Los motores eléctricos tienen un rendimiento energético muy elevado, mucho más que los tradicionales, pero esta circunstancia se contrarresta por el bajo rendimiento de las centrales eléctricas, por las pérdidas de energía del sistema de distribución y por los diferentes rendimientos de las baterías. "Si llegaran de golpe muchos coches eléctricos a la Isla sólo cambiarían de sitio las emisiones contaminantes". Algo que en Menorca es más flagrante por el hecho que las centrales eléctricas de las Islas utilizan fuel y carbones de poca calidad, que emiten una gran cantidad de residuos.
bienvenido más adelante
Muñoz y Furró coinciden en que el coche eléctrico será bienvenido cuando se den unas condiciones determinadas, pero que la verdadera política de ahorro energético pasa por otras medidas de más envergadura. "El hecho que predominen los trayectos cortos en Menorca es un punto a favor de la conveniencia de la movilidad eléctrica, pero antes hay que desarrollar las renovables de forma seria", apunta Muñoz quien incide además en la necesidad de un nuevo modelo de movilidad, "hay que reducir el parque de coches y apostar por el transporte público, el coche eléctrico sin más perpetúa un sistema poco sostenible". Rechaza las prisas y apuesta por un debate con calma.
Sin prisas quiere ir también Furró. Considera el coche eléctrico una parte no prioritaria ni primordial de un plan global de cambio del modelo energético que se debería llevar a cabo en la Isla de forma "viable, valiente, ordenada y coherente, sin dejarse seducir por medidas poco maduras". Contemplaría el fomento de las energías renovables y el transporte público, la sustitución del fuel y el carbón por el gas natural en las centrales eléctricas, entre otras. Furró indica que hay acciones sencillas que aportarían mucho, como el calentamiento termosolar del agua sanitaria (para la ducha) en hogares y hoteles. "Esto se paga solo y sería un gran avance en una primera fase de este plan global, el coche eléctrico estaría en una tercera. Lanzar mensajes aislados a la sociedad no tiene fundamento".
Furró ve un gran potencial para las energías renovables en la Isla, ya que el rendimiento de las plantas fotovoltaicas es muy alto, se podría aprovechar la biomasa y hay opciones de crear más parques eólicos como el de Milà (o ampliar este) sin tener que acatar lo que diga el primer operador que presente un proyecto.
Cristòfol Mascaró incide en la necesidad de incrementar la cantidad de energía producida por vías renovables y cambiar el modelo de movilidad con un mayor peso del transporte público. De otro modo, "implantar el coche eléctrico es empezar la casa por el tejado. No es mala cosa, pero no basta".
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