Mucho se ha hablado sobre planes para activar la economía de Menorca. Desde las diferentes administraciones se da luz verde a iniciativas varias con el fin de que la ciudadanía se movilice e invierta; mientras que los partidos políticos hablan de sus planteamientos para conseguir que este año la situación mejore.
Ésa es la sensación que percibe gran parte de la población, pero ¿cuál es el punto de vista de los propios empresarios? Buen número de ellos apunta a que es precisamente la falta de voluntad política la que está poniendo las cosas tan difíciles a la hora de que los negocios puedan tirar adelante.
Calzado
El sector del calzado menorquín no lo tiene fácil. No sólo por la dura competencia con la Península y otros países, sino porque requiere de mano de obra especializada y depende del transporte de mercancías.
Construcción
Casi todo el personal dedicado al mundo de la construcción coincide en que la situación actual es de las más complicadas que se han visto hasta ahora. La falta de trabajo, la incertidumbre o los bajos sueldos han provocado una caída notable en la compra de viviendas, por lo que hay pocas empresas que quieran invertir en promociones.
Bisutería
Igual que el calzado, la bisutería menorquina necesita abrirse camino en otros mercados, por lo que el coste añadido de la insularidad se convierte en un gran inconveniente.
Hostelería
El sector de la hostelería ha sido uno de los más críticos a la hora de valorar el panorama actual. Hace años que se ve cómo la temporada se va acortando, la clientela disminuye y muchos locales deben colgar el cartel de 'cerrado'.
Espacios de ocio
Un hecho que suele comentarse en todas las poblaciones de la Isla es la falta de espacios y actividades de ocio. Sin ir más lejos, el puerto de Maó puede servir como ejemplo. Numerosos comerciantes de la zona han coincidido en afirmar que el puerto "se está desintegrando y nadie hace nada por evitarlo". Y es que gran parte de los comercios y bares nocturnos han tenido que cerrar en los últimos años.
Comerciantes
Vicente Cajuso, del Centro Comercial Ses Vinyes de Maó, asegura que, en general, los Ayuntamientos han hecho poco por favorecer el urbanismo comercial. "Para activar el comercio en Menorca hay que ponérselo fácil a los vecinos. Buenas aceras e iluminación, aparcamientos, cuidado de fachadas... Por supuesto, por parte de los comercios habría que apostar por la innovación en todos los sentidos. Hay que ser más competente y competitivo, y asociarse para tener más fuerza. Hay locales que siguen como hace 20 años y eso no les ayuda".
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