faner. Se inscribió en la lista de espera del puerto de Ciutadella el 15 de mayo de 1991 - Cris

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Si se cumplen los plazos anunciados la semana pasada por el Govern balear, el día en que se estrenen los nuevos amarres del puerto de Ciutadella hará veinte años que José Luis Faner Marquès espera que le concedan un punto de atraque para su embarcación. Él tiene el dudoso honor de ocupar el primer puesto de la lista de espera que Ports de les Illes Balears tiene para hacerse con un amarre en la rada ciutadellenca. Cuando se apuntó, empezó la primera Guerra de Irak, la URSS daba sus últimos coletazos y Adolfo Suárez dimitía como presidente del CDS. Ajeno a tanto ajetreo, Faner solamente quería poder amarrar en el puerto su llaüt de 28 palmos.

Desde entonces, Faner ha cambiado su embarcación, y ahora tiene también un llaüt, pero de mayor eslora. Tras conocer la propuesta de reordenación del puerto interior, espera que al fin sea ésta la ocasión en que le toque un amarre. Durante estas dos década ha esperado pacientemente, incluso viendo como otros se hacían con un punto de atraque "usando los trucos que hay para ello". Él, asegura, no ha querido dedicarse nunca "a averiguar por qué no he tenido un sitio hasta ahora. El mecanismo es el que es, y hasta ahora no me ha tocado", explica.

Durante estos años, este ciutadellenc ha tenido su embarcación en el mismo puerto de Ciutadella, aunque sin amarre fijo, en el lago de Cala en Bosc o incluso en Addaia. Como consuelo por tener el llaüt tan lejos de su casa, Marquès asegura que "la costa norte es mucho mejor que el sur para ir a pescar". Por las características de su embarcación, no podía tenerla encima de un remolque, engancharla al coche y transportarla donde quisiera, explica. Lo suyo era tener un amarre, y mientras no llegaba el deseado en el puerto de Ciutadella, había que irse buscando la vida como se pudiera.

Ahora confía en las expectativas que se han generado con la salida de los buques de línea regular del puerto interior. De hecho, el conseller de Obras Públicas anunció que entre un 75 y un 80 por ciento de los nuevos amarres se concederían a embarcaciones de base. Esto podría significar que se habilitarían hasta 85 nuevos puntos de atraque para gente de Ciutadella que está esperando desde hace tiempo. De hecho, si se mira la lista de espera, de los que teóricamente serían agraciados con un amarre, el que llevaría menos tiempo esperando acumularía nueve años aguardando, puesto que su inscripción en la lista de espera se hizo en marzo de 2002.

Marquès sigue a la espera de acontecimientos. Tras veinte años esperando, unas semanas más antes de que llegue la solución final son poco tiempo.