"En Mongofra trabajo mucho pero, para mí, es un privilegio"

¿A qué se dedicaba antes de llegar a Menorca?
He trabajado de cocinero desde los 14 años. Empecé en Barcelona y estuve bastantes años, pero necesitaba un cambio. En la prensa vi que necesitaban un cocinero para la temporada de verano en Menorca, así que decidí probar. Me gustó la Isla pero continué buscando trabajo en Barcelona para el invierno, hasta que, en el 88, me instalé con mi mujer en la Isla. Precisamente en el "Menorca" fue donde encontré la oferta de trabajo de Mongofra.

¿Cómo fueron sus comienzos en la finca?
En 1993 y, al principio, yo vivía en Maó pero me desplazaba a la propiedad para preparar la comida de todo el día para la familia del señor Rubió. Solía cocinar para muchas personas porque casi siempre había invitados y gente conocida. Aquella época la recuerdo como muy bonita. A veces, me iba con ellos en el yate a hacer viajes y me ocupaba de la cocina.

¿Cómo es su día a día actualmente?
Desde que el señor Rubió murió en 1994, las cosas han cambiado. Redujeron personal porque ya no había gente viviendo allí permanentemente. Ahora nos ocupamos de todo tres personas. Me propusieron que viviera allí mismo porque la casa se quedaba sola. En un mes, lo tuve todo listo para mudarme e hice el traslado. Mi día a día consiste en realizar tareas de mantenimiento, como jardinería, limpieza o cocina cuando hay conferencias o eventos. Siempre hay cosas que hacer.

¿Cuál es su rincón preferido de la casa?
La parte que más me gusta es la barbacoa porque hay muchas flores y es muy alegre. Los cuadros también me gustan, hay algunos especialmente bonitos. También me gusta el salón de los colmillos porque tiene mucha luz y es un espacio muy tranquilo para la lectura.

¿Qué le gustaría hacer en un futuro?
Me gustaría seguir con mi trabajo en Mongofra. Ver el amanecer con este paisaje no tiene precio. A pesar de que trabajo mucho, me encanta. También me gustaría poder ayudar en alguna ONG, dedicar tiempo a la gente necesitada.