Cuando alguien que se ha hecho a sí mismo alcanza el éxito y logra ver la "cara amable de la vida", nos olvidadnos del peaje que ha tenido que abonar; porque "no tot són flors i violes", hay mucho más: trabajo, renuncias, sinsabores y una pizca de suerte, porque es innegable que la fortuna ayuda a los audaces. Juan Torres Vinent pertenece a este "gremio", al de los audaces, al de los luchadores, a los que saben que el esfuerzo tiene casi siempre su recompensa.
Me imagino que naciste en Trebalúger, o en Es Castell, ¿acierto?
No, no aciertas, nací en Es Mercadal; mis padres que eran "pagesos", cuando yo nací, regentaban un lloc de dicho término municipal.
Y lógicamente peregrinaste por diversos predios.
Efectivamente, recuerdo que estuvimos en Rafal Vell, en es Coll des Vent, en Milà hasta que nos establecimos en Trebalúger, en donde llevo viviendo 43 años.
Peregrinaje lleno de vivencias enriquecedoras.Muchas y dices bien en lo de "enriquecedoras" porque todas mis vivencias, que en ocasiones fueron duras, me han ayudado a formarme como persona; imagínate estando en Sant Climent iba al colegio de Binixíquer cuando vivíamos en es Coll des Vent a Maó, al colegio ubicado en el Mercado -Sa Plaça- y al de Milà cuando estuvimos en la zona de Favàritx.
Lo que te representaba un esfuerzo añadido porque debías ir al colegio a pie.
Sí, a pie lo que en ocasiones me obligaba a caminar cuatro kilómetros después de haber "munyit 20 benes", algo a lo que también se enfrentaban muchos de mis compañeros, pero aquello nos curtió, al menos a mí.
Me has dicho que tienes una imagen grabada en tu retina, de una gran belleza plástica.
Inimaginable, fue el año "de sa neu", en 1956; por aquel entonces vivíamos en es Coll des Vent y al despertarme y ver la Base Naval, Maó y "tot s'altra banda" nevado, me causó una sensación imborrable de una gran belleza.
Tu padre, un "pagès" a la vieja usanza, te inculcó determinados valores sobre los que has cimentado tu vida, ¿cierto?
Del todo; mi padre era "molt feiner", trabajó toda su vida, basta con decirte que aprendió a leer y escribir en la "mili" con Manolo Hernández de "maestro"; él fue uno de los soldados que se enfrentaron a un servicio militar de "llarga durada", puesto que estuvieron 79 meses en filas; estuvo en África, en Jaca… De él aprendí el valor del trabajo y el de la honradez; en ocasiones pienso que sin este aprendizaje y su ejemplo me hubiera tomado la vida con menos "presión", más sosegadamente, con otro ritmo.
Dicho lo cual por mi parte añadiré que ibas por el mismo camino, pero…
Quise progresar, no quería hacer aquello toda la vida y aunque no me siento urbano o urbanita, dedicarte al campo ha de ser vocacional.
Pero te gusta vivir fuera de la ciudad, en el campo.
Me gusta; cuando vivíamos en Son Vilar iba al Colegio de la Salle, el ubicado en la calle del Carmen, y al regresar siempre recogía algún gatito o a algún "quisó" abandonado que me llevaba a casa porque los animales siempre me han gustado y comprenderás que viviendo en la ciudad, en este sentido debes limitarte… Mira si me gustan los animales que cuando iba al colegio en Rafal Vell, un "benet i un colom", que había criado, me seguían hasta "ses barreres".
También estudiaste en la Maestría y obtuviste el título de maestro. ¿En qué rama?
Construcción, porque era éste un mundo que me atraía; Arturo Sintes y yo comenzamos a trabajar al mismo tiempo y a practicar el ciclismo.
Se me antoja que era mucha la actividad que desarrollabas.
Lo era; pero era joven y quería progresar; recuerdo que con Arturo salíamos a entrenar hasta las 12 de la noche, su padre nos acompañaba con su furgoneta y nos alumbraba con los faros del coche porque a aquellas horas y en aquellos años las carreteras carecían de la más mínima iluminación.
Colgaste la bici pero Arturo Sintes siguió. ¿Le ganaste alguna carrera?
No seas malo… Le gané en dos subidas a Monte Toro y, sigue "cabreadillo", pero somos buenos amigos; él siguió y sigue, antes como corredor -muy bueno- y ahora como directivo, en un cargo de gran prestigio como es el de presidente de la Federación Balear.
¿Cuándo diste el salto definitivo?
Al comprar Trebalúger porque sin conocer este detalle, adquirimos unos terrenos urbanizables y fue entonces cuando, tras parcelarlos, empecé mi actividad de constructor.
¿La "mili" te frenó?
No, porque la encaré decidido a dar lo mejor de mí; a los 19 años era cabo primera y los jefes siempre contaron conmigo; recuerdo que el hoy general Alejandre, siendo capitán, vino del Sáhara y con su dinamismo habitual inició una serie de reformas y a mí me encargaron dirigir al "equipo de "maniobras", bajo la dirección técnica del teniente de Armamento y Construcción, Miguel Villalonga Beltrán, el resultado fue la construcción de unas nuevas cocinas y del "Hogar del Soldado".
Y no paraste.
No, no paré, al contrario aumenté el ritmo empezando a trabajar con la comunidad británica para los que construía sus chalets.
Cuando contabas 21 años tuviste la suerte de cara, ¿cierto?
Del todo; compramos un parcela junto a Trebalúger para ampliar el negocio y poco después tuve una oferta de compra muy interesante, sobre todo cuando estipulé que yo asumiría la construcción de las viviendas que la parcelación permitía; con la venta del terreno pude comprar una furgoneta y diversa maquinaria de construcción, además construí nueve de los diez chalets permitidos, lo que constituyó todo un éxito y un importante punto de arranque.
Secretos, ¿los hay?
Siempre los hay; yo diría que uno de ellos es trabajar con gente responsable y desde la base de la amistad; para mí el factor humano, tanto antes como ahora, ha sido fundamental.
Pero conoces "lo que vale un peine".
Lo sé; sé lo que es descargar un barco -un velero de los de antes- con cemento en sus bodegas, o lo que es trabajar en el matadero municipal; lo primero a pesar de su dureza era llevadero, lo segundo no, era superior no a mis fuerzas sino a mi sensibilidad.
Todo lo cual y mucho más te ha llevado a pagar un importante canon.
El marcapasos; ahora comprendo que debía haberme tomado la vida con más tranquilidad, trabajar sí pero de una manera más racional sin abusar como hice en determinados momentos.
El siguiente paso te llevó a entrar en el mundo inmobiliario. ¿Cómo se produjo?
Francisco de Asís Bonnín Sansó, propietario de la inmobiliaria "Bonnín Sansó" me propuso que formásemos una sociedad y así lo hicimos; él, un estudioso como pocos que a los 17 años de edad ya tenía dos carreras, figuraba como API y yo llevaba ambas cosas, la constructora y la agencia, que en un principio estaba ubicada en la Avenida Menorca hasta que nos instalamos en el Carrer Nou.
Cambio de ubicación muy acertado.
Lo fue; compramos el edificio en subasta en 1995, con ayuda de una hipoteca y de todo lo habido y por haber; luego, con posterioridad Francisco Bonnín Sansó vendió su parte que adquirimos y poco después el local contiguo al que ya teníamos para ampliar el negocio y darle un aspecto de modernidad siempre interesante y atractivo para el posible comprador.
En esta faceta siempre has contado con Colin Guanaria. ¿Sigue en activo?
En activo sí, pero ya jubilado; actualmente es consejero del Grupo y como conoces, además de ser una persona entrañable, dedica parte de su tiempo a sus cosas, a los Rotary y otros movimientos altruistas de ayudas al Tercer Mundo y a colectivos más necesitados, pero no por ello deja de "acordarse" de nosotros, además es un excelente relaciones públicas.
Siendo responsable de Deportes de este rotativo creo recordar que te entrevisté con relación a un título nacional que habías obtenido. ¿De qué título se trataba?
El de campeón de España en tiro, en la especialidad de foso olímpico; título que conquisté en 1985 y que refrendé en el 91; en esta ocasión tuve que superar a más de 300 participantes.
¿Acaba aquí tu faceta deportiva?
Sí y no, porque poseo el título de piloto privado, de bimotor y de monoplaza; volar he de decirte que me apasiona y sobrevolar Menorca todavía más, porque compruebas dos cosas, lo bonita que es y que afortunadamente todavía se conserva virgen gran parte de su territorio. Bonnín Sansó posee una avioneta que utilizamos para enseñar a algún cliente la belleza de nuestra Isla y al bajar confirman dicho extremo.
¿Cual es el campo de operaciones del Grupo Bonnín Sansó?
Aquí, en Menorca, con oficinas abiertas en Maó, Ciutadella, Es Castell y en Es Mercadal, pero también operamos en Mallorca, concretamente en Cala Millor.
Tradúceme esta realidad a lo que respecta al factor humano.
Treinta y tres familias, digámoslo así, dependen prácticamente de éste "imperio"; nuestro equipo humano es para mí inmejorable y muy preparado porque hemos ido reciclándolo para que estuviera siempre al día porque es nuestro mejor "patrimonio".
Un "patrimonio" que en estos momentos de crisis debe ser difícil de "mantener".
Sí, pero luchamos a brazo partido para no tener que reducir la plantilla; ten en cuenta que algunos de ellos llevan más de 21 años trabajando aquí, incluso los hay con 30 años de antigüedad y las relaciones humanas tienen, para nosotros, una gran importancia.
Reflexionemos sobre la situación actual y su repercusión sobre este sector económico.
Los dos últimos años no han sido buenos, la crisis se presagiaba, se veía venir pero lo más complicado no es el pasado sino adivinar cómo será el futuro; pensamos que va a suceder algo, no sabemos qué, pero algo sucederá; por una parte los bancos deberían mostrarse más receptivos y por la otra establecer unas normas más flexibles, además la crisis no atañe a un determinado segmento sino que está generalizada lo cual provoca que el número de parados vaya aumentando.
Pese a ello, a esta realidad te veo moderadamente optimista.
Soy optimista por naturaleza pero también me baso en la intuición que pocas veces me ha fallado, y creo, te lo digo con total sinceridad, que salvaremos el difícil momento que estamos atravesando
¿Existe alguna "luz verde" en el horizonte?
Más que "luz verde" lo importante es esperar a la conclusión del verano y comprobar los resultados registrados, si son positivos, adelante, de lo contrario tendremos que revisar muchas cosas, incluso la "economía doméstica".
El mercado en que tú estás inmerso ofrece, en estos momentos, muchas ofertas. ¿Sobre qué cantidad de fincas, pisos y demás estamos hablando?
Ignoro la cifra total en lo que a Menorca se refiere, pero nosotros tenemos un "stock" de más de 3.600 inmuebles.
¿Es un buen momento para invertir en la compra de un inmueble?
Si es para buscar una rentabilidad rápida yo te diría que no, porque el mercado del alquiler tampoco está en su mejor momento; si la inversión de compra se hace con vistas al futuro puede ser interesante, incluso rentable; como te he dicho yo tengo confianza en el futuro y que volverá a lucir el sol en un prometedor mañana.
¿Apuestas por el turismo?
Sin el turismo y la construcción, hoy ambas actividades en fase de intubación, la economía menorquina carece de alternativas, por ello apuesto por el turismo pero por un turismo diferenciado, con otras referencias más diversificadas y sólidas que las de "sol y playa", apostar por el patrimonio arqueológico, por el histórico y por el cultural e incidir en el turismo británico porque son muchas las raíces que nos acercan a este colectivo; es cierto que también ellos padecen la crisis pero resurgirán y volverán a viajar porque lo necesitan, porque es algo consustancial a su forma de ser… También diría que hemos de reciclarnos y analizar en qué fallamos, porque el servicio que ofrecemos no es de calidad como tampoco lo son muchas de nuestras instalaciones.
¿Crees en las posibilidades de Menorca?
Sí, creo en ellas y de verdad; como te he dicho me gusta viajar y conozco medio mundo y en todas partes saben "vender" sus cosas, muchas de ellas menos interesantes que nuestra riqueza arqueológica, histórica o cultural; Menorca debería crear una "imagen nueva", cambiar la estrategia y apostar por otra clase de turismo y en esto, en todo esto, se basa mi confianza.
Y también en educar a la gente.
Sí, educarla con criterios de responsabilidad; el futuro está en manos de la juventud y si no somos capaces de "conducirla" hacía unos conceptos diferentes a los actuales, insistiendo más en el compromiso y en el manteniendo del entorno, difícilmente seremos un destino diferenciado, seremos uno más y ten por seguro que podemos aspirar a ser un referente en el Mediterráneo pero adoptando dichas medidas correctoras.
Volvamos al plano personal. ¿Estás al quite de cuanto acontece en el ámbito deportivo?
Lo estoy pero sin fanatismos; quiero, por ejemplo que el Barça gane y convenza pero cuando el Madrid juega ante un equipo extranjero soy "merengue"; para mí el deporte es muy positivo como lo es el que la gente se supere pero no soy excesivamente competitivo aunque cada cual es como es.
Dame algunas "claves" de tu personal forma de entender la vida.
No sé qué decirte pero lo intentaré; en los negocios la ética está por encima de todo, incluso asumo mis fallos cuando los he cometido porque quiero tener la conciencia tranquila y dormir a pierna suelta; en lo religioso debo confesar que no lo soy sin embargo tengo fe, me gusta creer que alguien nos protege e incluso creo en mi particular "ángel de la guarda", por lo demás, creo en el trabajo, en la familia y no soy de frecuentar bares o tertulias aunque siempre me han gustado los "cantares" y en ocasiones he frecuentado es "Cau", en Calasfonts.
Susan, tu mujer, ha sido una excelente compañera; el binomio "menorquín-británico" ha funcionado sincronizadamente, ¿gracias a qué?
Sin duda al respeto mutuo y a la diferencia de mentalidad porque con ello nos hemos complementado y enriquecido mutuamente.
Vuestros tres hijos, ¿integran la nómina del grupo?
Sí, los tres trabajan aquí; tienen sus estudios pero forman parte del equipo; la mayor que era bancaria conseguí "ficharla", aunque trabaja sólo por las mañanas porque es madre y quiere ejercer de tal, añadiré que no tenemos queja alguna de ninguno de ellos.
Todavía tienes ante ti un largo recorrido que te deseo feliz, pero ¿qué le pides a la vida?
Sobre todo salud y que desaparezcan los egoísmos para que la humanidad vida en paz y sea capaz de apostar por la esperanza.
Un mundo sin egoísmos y con esperanza, sería un mundo mejor, objetivo al que no podemos renunciar.
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