Pueblo de interior y encajonado entre cimas, Ferreries se fundó a finales del siglo XIII, cuando se inició la construcción del templo parroquial, bajo la advocación de San Bartolomé, y que quedó terminado en 1770. Hay dos teorías sobre el origen del nombre de la población: la posible existencia de un núcleo de herreros para atender la caballerías de transporte o bien por un antiguo asentamiento de frailes. La localidad se distingue por las callejuelas del casco antiguo, en torno a la Iglesia.

El municipio destaca por su vínculo con el mundo rural, con la elaboración de quesos artesanos y productos agroalimentarios, con la artesanía y con la industria, como sede de importantes firmas de calzado. Es también epicentro de ferias y mercados, y destaca la fama de sus panaderías y su gastronomía local. El municipio cuenta con un importante patrimonio natural.

Al sur destaca el impresionante Barranco de Algendar, que desemboca en la urbanización de Cala Galdana, y las playas vírgenes de Cala Mitjana y Mitjaneta, mientras que el norte seduce por un litoral agreste y montañoso, con calas como Ets Alocs. Además de rutas para descubrir el paisaje natural, el municipio cuenta con un yacimiento prehistórico único en Son Mercer de Baix. La población cuenta con el Centro de Geología de Menorca, punto neurálgico para conocer los valores naturales de la Isla.