Una línea de costa con una longitud de 433 kilómetros da mucho de sí. El mar es sin duda uno de los grandes tesoros de la Isla, un medio repleto de posibilidades que abarca más allá del siempre agradable chapuzón en sus cristalinas aguas. Estas, habitualmente tranquilas, sobre todo en verano, son perfectas para un buen número de actividades marítimas. Un campo en el que se puede encontrar una amplia oferta de empresas especializadas en turismo activo. Entre todas ellas, una de las más espectaculares es la del buceo; si se deja guiar por expertos, puede acceder a algunos de los puntos más propicios del litoral para disfrutar de la experiencia, aunque también es cierto que, con unas gafas y un tubo, en las zonas más rocosas de playa se puede gozar de unas magníficas vistas submarinas. Si sumergirse en las profundidades para contemplar la fauna marina es una atractiva opción no lo es menos la de surcar en la superficie a bordo de un kayak, aventura en la que algunos incluso se embarcan con el reto de dar la vuelta a la Isla en diferentes etapas.
Si el viento acompaña, los windsurfistas están de enhorabuena, siendo la bahía de Fornells uno de los enclaves más propicios para la práctica de ese deporte. Aunque Menorca no es famosa por sus olas, en determinadas zonas, y especialmente en invierno, sí que dan la talla para la práctica del surf también. En los últimos tiempos, el paddle surf se ha convertido en una de las actividades preferidas de los visitantes para moverse en la zona más próxima al litoral.
En el caso de que lo que desea sea disfrutar del mar sin que ello implique la práctica de un deporte, las excursiones son una estupenda opción, ya sea a través de rutas programadas en barcos turísticos, como las «golondrinas», que operan principalmente en el litoral sur y también recorriendo la historia del puerto de Maó, o el alquiler de embarcaciones con patrón o sin él si se cuenta con la titulación necesaria. Cabe recordar que si la barca es de una eslora inferior a los cinco metros, se pueden manejar sin permiso alguno, aunque siempre con mucha prudencia. Otro de los servicios más novedosos de los últimos tiempos es el de las embarcaciones que ofrecen el servicio de taxi, ideal para acceder a esas calas vírgenes a las que resulta muy complicado llegar por vía terrestre.