Feliz. La amazona menorquina, junto a su hija, con uno de sus caballos de la yeguada en la que milita en Bélgica.

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Dicen que la edad es un número y si no, pregúntenselo a la amazona nacida el 1985 en Sant Lluís, Chloe Morris, que a punto de cumplir 40 años y tras ser madre de dos chavales de cuatro y nueve años, vuelve a cargar las pilas para seguir creciendo competitivamente y sí, sin renunciar y ahora más que nunca a unos Juegos Olímpicos. Morris, que cumple 15 años ya en Bélgica y es la primera amazona y jefa de la yeguada Gestüt Sonnenhof a la que llegó tras cuatro temporadas compitiendo con la múltiple campeona olímpica Isabell Werth, marca en rojo el 2025 para tras unos cursos en los que se ha centrado más en formar, volver a fijarse también en ella y sin renunciar absolutamente a nada. Después de trabajar junto a la gran Beatriz Ferrer-Salat en Barcelona y luego, ya a nivel internacional, en las cuadras Kasselmann o con Wolfram Wittig antes de unirse a Werth, ahora se ve dando otro salto personal en la doma.

Aún en plenas fiestas, la primera pregunta es obligada, ¿qué tal las Navidades? ¿Ha tocado visita a Menorca o no?

—Estas Navidades muy bien, la verdad. Este año nos ha tocado irnos unos días a esquiar a Austria con los chavales y ahora, ya de nuevo trabajando. No he venido a la Isla, sin vuelo directo es más difícil.

Hablando de niños, eso de ser madre, ¿cómo se le da a usted? ¿Se siente mejor ‘mami’ de casa o amazona?

—Lo de ser madre era algo que siempre tuve muy claro que quería ser y tengo un niño de cuatro y una de nueve y lo hago lo mejor que puedo (risas). La niña tiene un poni en las cuadras y pasa mucho tiempo ahí, disfruta de los caballos y siendo una afición que compartimos, por lo que estoy feliz. Y la verdad, no sé qué se me da mejor de las dos cosas, pero sí intento hacerlo lo mejor que puedo en las dos facetas.

Echando un poco la vista atrás, usted sigue en la Gestüt Sonnenhof de Bélgica. ¿Satisfecha de su balance desde que aterrizó en estas cuadras?

—Se cumplirán 15 años ahí y sí, satisfecha. Cambiamos muchas cosas; cuando llegué había muchos caballos –con muchas ventas– y ahora lo hemos reducido a unos 40, aunque queremos bajar a los 25. Tenerlos más a largo plazo, más concentrados en ellos y lograr competir más con cada uno de ellos. Para un jinete es un lujo poder tener un caballo bastantes años para poder competir y no estar siempre vendiéndolos.

De alguna manera, se gana en confianza y regularidad.

—Es que los últimos años me tocó venderlos jóvenes y ahora, centrada de nuevo en mi trabajo tras mi maternidad, me centro más en mí y en esto trabajamos.

Por cierto, siendo mujer, ¿se le hace difícil compaginar el papel de madre y el de la alta competición a la vez?

—Pienso que para cualquier deportista mujer es algo complicado de combinar ser madre con la carrera deportiva y por eso he estado unos años compitiendo menos. A punto de cumplir mis 40, me siento muy bien y físicamente muy en forma y quiero volver a enfocarme en la competición, pero sí, es un reto compaginar todo, como a muchas otras mujeres. Estar para los niños, trabajar y tener tus metas a cumplir es complejo y siendo deportista quizás algo más.

Sin embargo y a diferencia de muchos otros deportes, en la doma clásica, ¿nota diferencias en el trato a hombres y mujeres?

—Para nada, en nuestro deporte no hay ninguna diferencia entre masculino y femenino.

La amazona menorquina durante una prueba internacional celebrada esta pasada temporada, cumpliéndose ya 15 años desde que Choe Morris aterrizara en tierras belgas para seguir progresando.

Pese a lo que nos ha contado y con la idea de este 2025 ir a más, a nivel personal, resúmanos lo más destacado de este 2024, deportivamente.

—Para mí esta temporada 2024 ha estado muy enfocada en competir con nuestros potros porque tenemos algunos de muy interesantes, por lo que la idea ha sido ir domándolos e ir subiendo las categorías. Además, un semental ha participado este año en la monta de la aprobación de sementales en Bélgica, que todavía no lo había hecho, con el resultado de aprobado. Una experiencia interesante, con próximos retos de cara a este 2025 y 2026.

A día de hoy en las cuadras de Gestüt Sonnehof belgas, ¿ cuál es su trabajo principal y qué objetivos le ponen ‘arriba’?

— Mi misión principal en Bélgica hasta ahora ha sido la de elegir a los sementales para las yeguas, ocuparme del tema personal de los jinetes y de sus competiciones –aparte de los míos–, junto a la organización de toda la cuadra en sí.

Y en cuanto a los retos que se le encomiendan...

—Los objetivos de la yeguada son los de que el año acabe con una balanza que sea positiva, que ya de sí siempre es un reto. Cualquier persona que trabaje con un caballo sabe lo difícil y caro que es todo y si al final del curso ese balance se iguala el objetivo está cumplido.

En la última entrevista que le hicimos en este diario, hace cinco años, nos decía que el sueño olímpico de Chloe Morris estaba ahí... ¿Aún sigue presente?

—Mi respuestas es absolutamente que sí. La suerte que tenemos en este deporte es que podemos practicarlo muchos años, a pesar de la edad. Estoy en un momento de mi vida en el que me puedo centrar más en las competiciones y, lo que dije, con caballos que deportivamente lleguen lejos, sin prisas por venderlos. Ahora me estoy situando más cerca de donde quiero llegar a nivel competitivo, con una buena cuadra ahora mismo, con cuatro caballos que entran en seis años este año, muy interesantes, y sí, tengo un buen material.

Ahora más que nunca, tras ser madre, ¿la competición sigue siendo su prioridad, no?

—Efectivamente, diría que estos últimos años lo ha sido menos por las circunstancias personales evidentemente pero sí, ahora de nuevo me veo en otra etapa de mi vida y por eso las cosas pueden cambiar y me siento que me puedo enfocar más en mí y en mis objetivos.

Miremos hacia a adelante pues, a corto plazo y con unos próximos Juegos Olímpicos el 2028 en Los Ángeles. ¿Cuáles serán sus grandes desafíos este comenzado curso 2025?

—Uno de los grandes objetivos es que uno o dos de mis caballos se clasifiquen este año para el Campeonato de Alemania de Caballos Jóvenes 2025 y aparte, que los ejemplares que tenemos ahora muy interesantes de cinco años, que entren bien en la categoría de seis años. Esos serían mis grandes retos de este curso.

Como menorquina y a pesar de la distancia y de llevar ya muchos años fuera de la Isla, ¿sigue la actualidad de la doma en Menorca?

—La sigo y más que nada me lo cuentan, sobre todo cuando vengo a la Isla, al menos una vez al año. La familia Seguí, que son muy buenos amigos míos, me ponen al día y sé que la doma clásica está progresando muy bien en Menorca, lo que me hace muy feliz. Y con gente de la Isla que está destacando, como nuestra amiga Cristina Torrent, lo que me alegra mucho.

La amazona de Ciutadella es otra firme realidad, ¿qué nos diría de ella?

—La conozco desde que era una niña pequeña y me alegro mucho de todos sus éxitos. Cris siempre ha sido muy trabajadora y se merece todas las oportunidades que le están llegando. Llegará muy lejos merecidamente y me alegro un montón.

La veo como que se ha dejado algo en el tintero por comentarnos...

—Será realmente interesante ver lo que sucede en estos próximos años y comprobar si con trabajo y esfuerzo cumplimos nuestras metas, espero que sí.