Raúl González hace cantera ‘santlluïsera'

Durante una hora y media los chicos se fueron ejercitando y... de golpe... ¡Sorpresa! "Pero... ¿Ése es Raúl? ¿El del Madrid?". El barullo que se formó en torno al jugador fue inmediato. Caras de felicidad, mucho contacto físico con el jugador, una pequeña charla, fotografías de grupo y, para acabar una petición especial: jugar un mini partido con su ídolo.

Fueron quince minutos de partido que disfrutaron como no lo habían hecho nunca, buscando aprender, asociarse con su juego y, a la vez, intentar tener un buen pase del '7', algo que no era nada fácil porque la nube de rivales era importante. Fueron quince minutos de adrenalina a tope, en una hora que los chicos no olvidarán nunca. Después tocó almuerzo, juegos de agua y una buena ducha. Sin duda, la mejor manera de empezar un campus.