García. El delantero espera firmar un gran año en Bintaufa - Gemma Andreu

TW
0

Los árboles que cobijan la plaza Eivissa de Maó atestiguan que Pedro García (3 de agosto de 1984) es feliz en Menorca. Fue el primer refuerzo del Sporting Mahonés para su segunda etapa en Segunda División B y el interés mostrado por el director deportivo blanquiazul, Mati Borsot, desde el inicio le hizo declinar ofertas más suculentas. Ahora, en sus primeros entrenamientos como jugador mahonés, el catalán ya se muestra como uno de los que más empeño ponen. "Aportaré trabajo, constancia y humildad", apunta y revela que "con estos tres elementos estoy seguro de que los goles llegarán luego".

García empezó a jugar en la cantera de la UD Gramenet, donde llegó a debutar con el primer equipo, para luego pasar al filial del FC Barcelona, con 22 años, donde una inoportuna lesión le lastró de mostrar sus cualidades ante el por entonces técnico del segundo equipo, Pep Guardiola. Pasó por el fútbol belga, incluida la máxima categoría pero tras problemas económicos optó por regresar a España y jugar con el Burgos, Hospitalet y Gramenet, donde cuajó un buen año la temporada pasada y conquistó a Borsot.

En las distancias cortas, Pedro García se muestra sencillo y con ganas de devolver la confianza al Sporting, "un club que me gusta mucho y que desde el primer día me sorprendió y se ha mostrado muy serio, en realidad estoy sorprendido pero para bien", revela. Su buen año en la Gramenet ha servido para que le salieran 'novias' este verano con propuestas muy interesantes para el jugador pero "mi palabra vale más que cualquier contrato y le dije a Mati que jugaría para el Sporting".

Como todo jugador, García se encuentra inmerso en la parte física de la pretemporada aunque está ansioso por empezar a jugar. A la hora de definirse, el atacante confiesa que "soy rápido y habilidoso, con buen juego de espaldas y con gol", mientras subraya "que no soy egoista" como su mejor cualidad. Su sinceridad llega al extremo de confesar que su peor defecto es "que me falta instinto asesino, puede que no sea un delantero rematador". Además se define como un jugador "muy exigente consigo mismo" por lo que la afición, a priori, puede estar contenta con García.

"Todavía no he podido hablar a solas con el entrenador", pero sí que lo ha hecho con Borsot, a quien le ha prometido trabajar desde el primer hasta el último día para poder devolver la confianza que en él se ha despositado.