Hay días en lo que es mejor no salir de la cama y años que no merece la pena estrenar. El Mallorca lo lleva sufriendo tres partidos, 270 minutos en los que ha pasado de la ilusión a la desesperación y la frustración más absoluta. La escuadra que dirige Jagoba Arrasate, que este lunes viajaba a Villarreal a rellenar la documentación para formalizar su candidatura europea, encajaba en su lugar una derrota sangrante y desoladora. Cuatro goles en ocho minutos, una marca difícil de explicar a estos niveles, se tragaban al equipo antes de la primera media hora para dejarlo desnudo y temblando (4-0).
El Mallorca que conocimos en la segunda mitad del 2024 ha desaparecido en la transición de un año a otro. Poco o nada queda de aquel grupo solidario y generoso, de aspecto fresco y atrevido, que competía como si le fuera la vida de un familiar en ello. Es como si durante el parón navideño lo hubiera engullido un agujero negro. Como si once figurantes hubieran ocupado a la fuerza el lugar de los que estaban a pie de campo hasta entonces. Solo así se explica que el mismo equipo que recolectó 30 puntos en media Liga haya sido acribillado, y por momentos pisoteado, por tres equipos de corte tan distinto y en tres competiciones tan diferentes.
A los de Marcelino García Toral, con los que el Mallorca compartía piso en la clasificación, se le curaban de golpe todos los males gracias a la visita isleña. En menos de media hora no había ni rastro de todos esos achaques que padecía el conjunto castellonense, especialmente cuando le tocaba jugar en casa. Un escenario en el que se había descolgado como el local que más goles recibía de toda la Liga y en el que llevaba sin ganar desde el 9 de noviembre.
Desfigurado, sin la tensión mínima exigible y con las compuertas de la defensa reventadas, el Mallorca se entregaba enseguida. Dejaba el equipo balear que fuera el Villarreal el que cuidara de la pelota y la masajeara. Dos meses atrás, habría parecido hasta lógico. Aquel Mallorca, con tendencia a ir de menos a más y sin prisas para pasar de cero a cien, solía darle la bienvenida a su rival con espacios y buenas caras para eliminarlo después a traición tras el descanso. Sin embargo, ese guion de partido pertenece a un pasado que, a la velocidad que camina el fútbol, ha quedado casi enterrado. En lo que va de año no ha habido reacción ni alivio posible a los golpes del enemigo. Una tendencia que empezó en Pontevedra, contra un bloque semiprofesional, y que ha ido extendiendo el mal desde entonces.
Al Villarreal, cargado de dudas ante su gente, le alcanzaba con unas cuantas sacudidas y ocho minutos de anarquía para asegurarse el premio del partido más sencillo de jugar de toda la temporada. El caos empezaba a balón parado, con un tanto de Logan Costa —el único gol que llevaba en la Liga también se lo había marcado al Mallorca en Son Moix— aprovechando un error en la salida de Greif y abría el grifo de la angustia de un Mallorca que, aunque había mantenido el tipo hasta ese momento, empezaría a descomponerse a toda velocidad y sin remedio al primer contacto con el suelo.
Casi sin tiempo para levantarse, Maffeo decidía inaugurar una autopista y permitía que Sergi Cardona entrara por allí con una apisonadora para acabar pronto la obra de su equipo. Primero asistía a Álex Baena, que marcaba cómodamente dentro del área pequeña tras tirarle la pared a su lateral, y luego encontraría a Yeremy Pino para ponerle el lazo a la goleada. Entre el segundo y el cuarto gol también había aparecido por allí Dani Parejo para marcar el tercero al aprovechar, como no, un envío procedente desde la banda izquierda del ataque amarillo. El desastre era total.
Con casi una hora por delante poco quedaba ya por jugar. El Mallorca era un trapo en manos del Villarreal y lo único que podía consolar al conjunto bermellón era que Munuera Montero pitara el final, ya no de la primera parte, sino del partido. Ni los cuatro cambios que hacía de una tacada Arrasate iban a modificar el tétrico paisaje de un partido de los que escuecen y amenazan con dejar marcas.
12 comentarios
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BerbenatorUn altre que surt de sa cova. Que tal per segona Beeeeeeeeeeeeeeeeeee 2. ?
Esta forma de perder en quince minutos tiene que servir como revulsivo y aprovecharlo para que se pongan las pilas y no perder la perspectiva. Lo que consiguieron hasta ahora no es gracias a un milagro, fue por su trabajo en equipo. Venga! A trabajar y a seguir luchando! Amunt Mallorca!
Y ahora que?
Ayer volvieros a salir las miserias. Defensa, de ella vivíamos hasta ahora, descoordinación total y "algunos" suben y después bajan andando. Sin media y abusando del pelotazo arriba, si seguimos dando libertad a los carrileros, sobre todo al izquierdo, que hace lo que quiere, nos machacarán en cada partido. Es lo que hay.
Simplemente, el Mallorca se va colocando donde debe estar. Un equipo que no marca goles y está sexto en la tabla es excesivo premio para tan poco juego. Ver jugar al Mallorca y no aburrirse es raro. Espero, como mallorquinista que soy, que cambie esta dinámica.
Quina disfritada.
Bueno, fueron 7 minutos de "pájara ', pero éso no va a deslucir lo que llevan de temporada! Amunt Mallorca!
Voltros si que sou bons. 4 i podria haver estat mes. ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!
A eso se le llama salir desconectados, sin intensidad, sin saber que hacer, la defensa un coladero, en treinta minutos les ha bastado y la segunda sobró
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