El Pla de Sa Creu de Sant Lluís, con todo a punto para vivir la gran final en comunidad. 

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Doce años y trece días después de la tercera y última Eurocopa de España, la selección vuelve a plantarse en la gran final del torneo, el que cerraba un ciclo único e irrepetible en la historia del fútbol español y mundial con dos Euros y un Mundial conseguidos de manera consecutiva.

Entremedias se ha levantado otro título, sin ir más lejos, hace apenas un año: la Nations League. Pero al fin y al cabo, es una competición menor y sin apenas trascendencia. De hecho, nadie salió a la calle a festejar el triunfo —algo que sí ocurrió en 2008, 2010 y 2012— en un torneo creado por la UEFA para que los amistosos de selecciones tengan un mayor componente competitivo.

La del 64, sin pantallas

Pero lo de hoy es otra historia. La afición es consciente de la magnitud de la cita: España tiene ante sí la oportunidad de convertirse en el país con más Eurocopas, cuatro para ser exactos, desempatando con Alemania. Logró la primera en 1964 y en casa. Por aquel entonces, la fase final se llevaba a cabo en un formato final four que aquel año deparó una final España – URSS, con una mayor carga política que deportiva. En la anterior edición celebrada cuatro años antes, España, por orden de Franco, se había negado a disputar los cuartos de final (rondas previas) contra la Unión Soviética alegando motivos políticos, pese a ser la máxima favorita al título.

En aquel momento, tan solo 80.000 personas, las congregadas en el Santiago Bernabéu, pudieron seguir la final. El resto de la población —aquellos privilegiados que podían permitirse tener una televisión en casa— se tuvo que conformar con la retransmisión falseada por el NO-DO. Y es que bien entrado el siglo XXI, prácticamente toda España pensaba que Amancio había asistido con un gran centro a Marcelino en el definitivo 2-1, cuando realmente la asistencia fue obra de Chus Pereda, autor del primer tanto. Se cree que esto se debe a que el centro no fue grabado por el NO-DO y las imágenes del gol fueron montadas sobre un centro de Amancio.

Imposible perdérselo

Sesenta años más tarde, a las puertas de la cuarta Eurocopa que la esto es imposible que vuelva pasar hoy. El España – Inglaterra de esta noche centrará la atención de todo el mundo y será retransmitido por cientos de medios televisivos internacionales. Al mismo tiempo, las pantallas gigantes, antes algo casi exclusivo de las grandes ciudades de la península, se instalarán también en los diferentes municipios de la Isla.

A menos de 24 horas del partido, ya son cuatro los Ayuntamientos que han confirmado la presencia de estos dispositivos para retransmitir la final: Sant Lluís, Es Castell, Ferreries y Alaior. En el caso del municipio lluïsser, el Pla de Sa Creu albergará la retransmisión del partido. Además, habrá servicio de barra para todos los asistentes, los cuales podrán seguir la final sentados en las sillas habilitadas para la ocasión.

A partir de las 19 horas, la Plaça del Mercat de Es Castell se convertirá en una fiesta con animación, música, sorteos y servicio de barra para apoyar a La Roja. Una hora más tarde, la terraza del Auditorio de Ferreries abrirá sus puertas para acoger a aquellos que quieran ver la final a través de la pantalla gigante instalada por el Consistorio. Por último, en Alaior también tendrán en cuenta a la afición rival. Mientras que en la plaza Constitució se concentrará la afición española, la pantalla gigante del Centro Cívico de Cala en Portar está pensada para que los ingleses puedan unirse a la gran fiesta del fútbol.