Los niños extranjeros encuentran múltiples dificultades para practicar fútbol de base, pero no para participar en otras actividades deportivas como el basket. | Javier Coll

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El hábito mercantilista praticado por varios clubes ?y representantes? de primer nivel en la incorporación de niños de origen extranjero a sus canteras, que alcanzaron un álgido con la sanción impuesta por la Comisión Disciplinaria de la FIFA al FC Barcelona hace algo más de medio año a raíz de la denuncia recibida por las infracciones relacionadas con el traspaso e inscripción de jugadores menores de 18 años, ha propiciado un marcado incremento de las exigencias sobre los clubes por parte del organismo internacional en lo que atañe a la incorporación de jugadores menores, sobretodo en el caso de ser hijos de inmigrantes extracomunitarios.

La medida está causando también sus efectos en el fútbol humilde y local, dejando a varios menores sin ficha. Que el padre y la madre del niño, además de tener su situación regularizada en el país de acogida, cuenten con trabajo ambos, que el menor resida con los dos o una declaración jurada de no haber jugado nunca en otro país, son algunos de los requisitos exigidos por la nueva ley de la FIFA.

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