Celebración. Los Pinos acogió en 2009 la fiesta con motivo del treinta aniversario del primer equipo en Tercera de forma ininterrumpida - ARCHIVO

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El descenso del CE Alaior a Regional tras 32 años en Tercera, a la espera de lo que hagan los cuatro representantes insulares en la inminente fase de ascenso a Segunda División B -Manacor, Poblense, Constancia y Binissalem-, ha supuesto una gran decepción para los anteriores presidentes de la entidad aunque, mientras para unos ha sido una auténtica sorpresa, otros ya se lo esperaban.

El equipo albinegro, tras decidir la junta en una asamblea extraordinaria celebrada el pasado verano su continuidad en la categoría una temporada más y con una plantilla muy similar a la anterior, finalizó la primera vuelta con 22 puntos en decimocuarta posición, con siete de margen sobre el descenso, mientras que en la segunda sólo acumuló 16, convirtiéndose en el tercer peor equipo en ese tramo del campeonato. De todas maneras, en condiciones normales el grupo de David Moreno habría logrado la permanencia holgadamente -con once puntos más que el decimoctavo- y sólo el descenso del Mallorca B, procedente de una categoría superior, le ha arrastrado a abandonar su hábitat natural en los últimos 32 años.

Para los últimos ex mandatarios, salvo en algún caso, no ha sido una sorpresa, lo que no hace que la noticia haya sido menos triste. En lo que sí coinciden, es en las dificultades económicas que azotan a las entidades deportivas en la actualidad y de las que el CE Alaior no es una excepción, lo que ha dificultado las cosas.

Otro aspecto en el que están de acuerdo es en la postura que debe adoptar el club a partir de estos momentos, que a su parecer, pasa por militar la próxima temporada en categoría regional -a excepción de Bernat Pons-, sanear las cuentas -el pasado verano la deuda superaba los 100.000 euros- y potenciar la cantera, para que el primer equipo vuelva a contar con un grueso importante de jugadores de la localidad, lo que le permita luchar por regresar a Tercera y competir de nuevo al máximo nivel, devolviendo a la afición la ilusión perdida.