Esta gran actuación colectiva le permitió asegurarse el average con el cuadro de Torrelavega, llevarse con holgura la décima victoria del curso y tomar cierto impulso y oxígeno para el tramo final de liga.
Colchón sobre el descenso
En estos momentos, el Bàsquet Menorca tiene un colchón de dos victorias respecto a la zona de peligro en la que se encuentran un desahuciado CB Morón (3 victorias), un Amics Castelló en caída libre (11 derrotas seguidas) y un Grupo Alega Cantabria que cae al pozo por el doble golpe que supone su derrota en la Isla y el sorprendente triunfo del Real Valladolid ante HLA Alicante.
Pese a la mala dinámica que venían arrastrando los de Javi Zamora en los últimos cinco choques, la combinación de resultados de la última jornada provoca que el equipo ahora mismo esté más cerca de los puestos de playoff que del descenso. Está empatado a victorias con Gipuzkoa y está a una de Oviedo, Zamora y Ourense, siendo este último poseedor de la novena plaza, la cual otorga el acceso a la fase final.
Cambio de tendencia
Aunque solo es un triunfo y no hay que lanzar las campanas al vuelo porque el rival mostró una versión muy pobre, lo cierto es que el encuentro dejó varias notas positivas.
Por un lado, confirmó el gran momento de un Víctor Arteaga en clara línea ascendente desde el choque contra Morón en casa. Después de vivir un tramo dubitativo, el gigante del Hestia se postula ahora como claro candidato a alzarse con el premio Estrella Damm a mejor jugador del equipo en el mes de marzo, premio votado por los aficionados.
Sin ir más lejos, acabó como MVP contra el equipo que entrena Lolo Encinas al sumar 20 puntos y 11 rebotes para una valoración de 26 créditos. Su propio entrenador, Javi Zamora, consideraba que el conquense había jugado este sábado «su mejor partido desde que viste la camiseta del Hestia».
Siguiendo en el apartado individual, también fue una gran tarde para Sergio Llorente. El base madrileño, el último en incorporarse a la plantilla hace justo un mes, estuvo excelso en la dirección de juego frente a la ausencia de Pol Figueras. El canterano del Barça quiso ayudar al equipo, pero las molestias en su rodilla apenas le permitieron estar en pista un minuto y 42 segundos.
Cohesión del grupo
El grado de implicación y compromiso para cumplir el objetivo de la salvación es total dentro del grupo. Otra prueba de ello es la presencia de un Pablo Longarela que volvió a Bintalfa para arropar a sus compañeros. Fuera de combate toda la temporada (sufrió una rotura del ligamento cruzado a finales de octubre), lleva meses trabajando en Madrid en un arduo proceso de recuperación junto a Héctor Durán, preparador físico del equipo.
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