Una de las joyas del Real Betis, rival de los menorquines mañana (18h) y claro aspirante al ascenso y consecuente regreso a ACB, eligió este verano la Isla como el lugar para seguir creciendo a pasos agigantados. Ya lo venía haciendo en los últimos años en LEB Plata con Morón, Tizona Burgos y Ciudad de Huelva. Pero la Primera FEB es un nuevo reto para el andaluz.
Tiene la palabra todo un campeón de Europa sub-18 y campeón del mundo sub-19 al que se le vislumbra un techo cada vez más alto.
Viene de ser el MVP contra Obradoiro en un partido condicionado por sus estrellas. ¿Se notó más cómodo que en los últimos encuentros?
—En ataque me noté más cómodo, aunque en defensa tuve algunos fallos que no puedo cometer. Tengo que ser más sólido por esa parte.
Y hasta el momento, ¿cómo valora su temporada?
—Crecimiento, así la definiría. A principio de año casi no jugaba y se dio la casualidad de que Marko Lukovic se lesionó. Estuvo fuera un mes o cosa así, lo que me dio la oportunidad de jugar y la aproveché. A partir de ahí, Zamora ha ido confiando en mí y poniéndome cada vez más en pista.
Entre los aficionados del equipo y el resto de la comunidad baloncestística existe una gran unanimidad a la hora de destacar su crecimiento. ¿En qué aspectos cree que puede mejorar?
—No suelo atender ni a tweets ni a otras cosas, tanto buenas como malas, que se puedan decir sobre mí en redes sociales. Pero sí creo que una de las cosas que debo mejorar es el tiro. No me refiero al acierto, sino a la solidez de estar siempre en el mismo sitio.
Cuando se decidió a venirse a Menorca en verano, ¿lo hacía pensando en dar ese salto en la solidez y la solvencia?
—Lo veía como un salto de calidad. Yo estaba en Huelva, entonces ya llevaba dos años en LEB Plata. Uno con Tizona Burgos, que jugué poquito al principio de la temporada y al final acabé jugando bastante. En Huelva ya acabé de asentarme en la liga. Fue entonces cuando dije «aquí tengo que dar el salto». Y acabé llegando a Primera FEB.
¿Qué grado de importancia tuvo Javi Zamora en su llegada?
—Creo que por suerte no he tenido a Zamora en la selección, que me han dicho que es bastante duro (risas). Pero en el equipo bastante bien. Hablo bastante con él, tenemos mucha confianza y es un gran apoyo.
Ya había visitado la Isla en 2023 en la Copa LEB Plata, cuando no tenía tanto protagonismo en Tizona, como decía. ¿Qué recuerda de ese año de aprendizaje y, en especial, de ese partido?
—Aquí también estaba un chaval del mismo pueblo que yo, Luis García. No jugamos mucho ninguno de los dos en aquel partido (risas). De lo que más me acuerdo de esa temporada es de Diego Ocampo (ahora en BAXI Manresa), un gran entrenador con el que aprendí muchísimo.
Precisamente con Luis ha coincidido en el Betis, en la selección... ¿Cómo es su relación?
—Nos conocemos desde que empecé a jugar a los diez años. Somos prácticamente vecinos, vivimos uno al lado de otro. Nuestra relación siempre ha sido muy buena y cuando nos enfrentamos somos rivales, como todos.
Imagino que le preguntó sobre Menorca antes de venir.
—Sí. Me habló de Zamora y me dijo que era un entrenador muy duro, pero con el que más había aprendido. También me comentó muchas cosas buenas del club.

Volviendo a la etapa en el Betis, su club, ¿siempre se ha desempeñado en la posición de ala-pívot o empezó en el ‘3’?
—Empecé jugando al ‘3’, ya que en categorías inferiores me tenía que centrar más en jugar como pequeño. En Tizona empecé jugando de alero y acabé como ‘4’. La temporada pasada en Huelva jugué al ‘3’, al ‘4’ y hasta al ‘5’ porque no teníamos un pívot claro y tenía que asumir yo ese rol. Creo que ahora mismo podría jugar en las tres posiciones.
¿Cree que eso le ha permitido ganar peso en la categoría?
—Sí, al final eso es lo que dice Zamora. La capacidad de poder jugar en las tres posiciones y saberte las jugadas en las tres le da la libertad al entrenador de ponerte en cualquier situación, que va bastante bien a la hora de jugar.
Ya hemos repasado un poco su carrera y destinos desde que debutara en 2021 en ACB. ¿También estuvo en Morón mientras jugaba con el Betis?
—El curso que debuto con el Betis estaba con tres equipos a la vez: con el júnior (segundo año) de EBA, con el Morón en LEB Plata y con el Betis. Me acuerdo de que debuté con Morón en Algeciras y me casqué un partidazo. Me sacaron minuto y medio y metí dos triples, hice un 2+1... Y luego debuté con el Betis en el WiZink Center (contra el Real Madrid), que no está nada mal (risas).
¿No acabó algo saturado de jugar en tantos equipos?
—Bueno, lo que más me costaba era sacar adelante los estudios (risas). Al final lo acabé haciendo. A la hora de aprenderse las jugadas era bastante lío tener tres equipos diferentes. En ACB era imposible que fallara y en Morón también, al ser ya un equipo profesional. Y en EBA, donde me estaba desarrollando, tampoco teníamos tantas jugadas. Pero era complicado por esa parte.
A propósito de los estudios, ¿dónde los ha llevado mejor: cerca de casa o lejos de ella en Burgos y Menorca?
—Al empezar la etapa sénior e irme a Tizona ya dejé los estudios presenciales porque acabé la ESO y Bachillerato. Aprobé Selectividad sin problema. Luego fui probando carreras que no me gustaron. Empecé Turismo online en Burgos y no me gustó, me metí en otro grado y lo mismo. Me di cuenta de que tenía que hacerlo online o era imposible para mí cuadrarlo todo para ir a las clases y hacer las prácticas. Ahora estoy haciendo Educación Primaria a distancia en la UNIR y por ahora me está gustando bastante.
¿Se ve como un futuro profesor?
—A mí me encantan los niños, así que por esa parte estaría bien (risas).
Un amigo suyo me ha chivado que tiene una pareja catalana. Lo de irse lejos de casa ha ido bien en ese aspecto, ¿no?
—Sí (risas). Ella es de Cerdanyola del Vallès. Nos conocimos por una amiga en común de Álvaro Mena, que está jugando en Tarragona en LEB Plata. La he conocido más que nada por el baloncesto.
Estar en Menorca posibilita que puedan verse más a menudo, ¿no?
—La verdad es que en Burgos era una odisea. Luego en Huelva era bastante más complicado y ahora en Menorca tan solo estamos a un vuelo de distancia.
Cuando le viene a visitar, ¿a dónde le gusta ir con ella? ¿Tiene guardado algún sitio en especial?
—Me encanta llevarla a calas. Es Caló Blanc, Ses Olles... también hemos ido a Son Bou. Pero sobre todo calas.
Y cuándo está solo, ¿cómo es su día a día?
—Baloncesto, entrenar, dormir, estudiar y jugar a la Play (risas).
¿Sus estudios requieren muchas horas o son más o menos flexibles?
—Tienes que llevar al día las actividades y a la hora del examen, hacerlo bien y sacar nota, más que nada.
Así pues, ¿es más de ir a su bola y no tanto en grupo, a lo mejor, con el resto de españoles?
—Bueno, yo voy con todo el mundo (risas). Me junto con españoles, extranjeros... Con todos.
Entonces, si McDonnell es el hermano mayor de Cone, ¿se podría decir que usted es su hermano español? Me consta que él tiene una foto de los dos juntos en el fondo de pantalla de su móvil.
—Sí (risas). Jalen (Cone) y yo nos llevamos bastante bien, junto con Sean (McDonnell) y el resto de españoles. Todos nos entendemos muy bien, pero con Jalen sí que es cierto que me llevo muy bien. Es muy gracioso.
En general son un equipo bastante joven, aunque también tienen alguna figura veterana como Arteaga o el recién incorporado Llorente. ¿Les pide consejos o están bastante encima de usted?
—En ocasiones, Marko Lukovic me ayudaba al principio de la temporada porque es uno de los capitanes, el ‘4’ veterano y tiene muchos años de experiencia. Me gusta pedirle consejos a la par que a Pol Figueras, que también me ayuda mucho porque al ser el base me dice «esto lo tienes que hacer así» y tal. Le pregunto bastantes cosas a los veteranos.
¿Se apoya mucho en ellos porque a lo mejor Zamora le da más caña que a los demás?
—Sin duda, porque a mí es el que me mete más caña. Pero eso ya lo tenía asumido antes de venir (risas).
A unas horas de volver a enfrentarse a su equipo, ¿tiene sentimientos encontrados?¿Cómo fue ese regreso a casa en la primera vuelta?
—En ese partido conseguí 50 entradas (risas) para que vinieran muchos familiares y algunos amigos. Creo que llegué a ser el MVP del equipo junto a McDonnell. Ahora lo veo como un partido normal. Bien es cierto que, dentro de lo que cabe, todavía es mi equipo porque estoy cedido por ellos. Tengo muchas ganas de jugar el partido.
¿Qué cosas han cambiado respecto a la ida? ¿Prevé un partido parecido?
—En nuestro equipo se han ido ‘Wil’ Falk y András Tanoh, pero ha venido Sergio Llorente. Ellos más o menos igual: Pablo Marín se ha ido a Huesca y Adrià Domènech se ha marchado a Cartagena. También han fichado a algún que otro jugador. Las cosas han cambiado y el domingo va a ser una guerra, seguro.
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